Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

sábado, 20 de enero de 2024

SAN SEBASTIÁN PATRONO DE PALMA DE MALLORCA

20 de enero, San Sebastián.

 
 
San Sebastián, Patrón de Palma, nació en el año 256 en Narbona, en la región de Las Galias, en una familia de buena posición. La vida de Sebastián estuvo marcada por la pérdida de su padre cuando aún era un niño. Ante esta situación, su madre decidió trasladarse con él a Milán, su tierra natal.

Desde joven, Sebastián demostró un gran valor y se destacó en la carrera militar. Ascendió hasta alcanzar el prestigioso cargo de tribuno y sirvió en la Legión, posteriormente integrándose a la Guardia Pretoriana del emperador romano Diocleciano.

A pesar de su exitosa carrera militar, el corazón de Sebastián estaba imbuido de amor cristiano. Su fe lo llevó a dedicarse a confortar a aquellos que eran condenados por profesar la fe cristiana. Este acto altruista y valiente fue lo que finalmente lo puso en el ojo de la tormenta, ya que fue denunciado como cristiano.

A pesar de las amenazas y las adversidades, Sebastián no renegó de su fe. Fue condenado a morir asaetado, pero tras el ataque, lo dejaron por muerto. Fue entonces cuando los cristianos lo recogieron para darle una digna sepultura. Santa Irene, una futura mártir, lo llevó a su casa y cuidó de él, permitiendo que se recuperara de sus heridas.

Una vez restablecido en su salud, Sebastián no retrocedió en su valentía y determinación. Se enfrentó al Emperador Diocleciano, recriminándole por su trato injusto hacia los cristianos. Como resultado, Diocleciano ordenó nuevamente su condena, esta vez a ser golpeado con bastonazos hasta la muerte y posteriormente decapitado. Este martirio ocurrió el 20 de enero del año 288 o 303.

Después de su ejecución, su cuerpo fue arrojado a la cloaca Máxima, que desemboca en el río Tíber. Sin embargo, los cristianos recogieron su cuerpo y lo sepultaron en las catacumbas de San Sebastián. 

Algunas reliquias de San Sebastián se conservan en Mallorca, incluyendo un trozo de su brazo en la Catedral de Palma y otra en Valldemossa. La valentía y la devoción de San Sebastián lo han convertido en un símbolo de fortaleza espiritual y resistencia frente a la adversidad.

¿POR QUÉ SAN SEBASTIÁN ES PATRÓN DE PALMA DE MALLORCA? 

Los caballeros franceses y alemanes que durante el siglo IX vinieron a España para participar en la Reconquista trajeron consigo sus patronos y protectores a diferentes santos que en vida destacaron por sus hazañas guerreras y por sus combates contra los enemigos de la Cristiandad. La cruzada iba avanzando y los combates se ganaban bajo la intercesión de algunos de ellos: san Antonio de Viana, san Marcial, san Jorge, san Mauricio, san Segismundo, san Martín de Tours, san Honorato de Arlés... De esta manera, en las nuevas tierras conquistadas se iban erigiendo templos en su nombre, los cuales se convertían en puntos de partida en la creación de nuevas poblaciones. Ello explica la gran cantidad de villas y ciudades que llevan por nombre algunos de estos santos guerreros.

Las huestes de Jaime I trajeron consigo las devociones heredadas de sus antiguos y entre las principales se encontraba la de nuestro patrón. San Sebastián, ya en el medioevo, tenía fama de interceder contra las epidemias, y al estar el incipiente reino de Mallorca a merced de todo tipo de contactos con el norte de África y con el Mediterráneo oriental, vías importantes del contagio de la peste, la devoción a san Sebastián entre los palmesanos se dilató. Con ello aumentaron la solemnidad de las ceremonias y festividades con que se le honraba. Este hecho explica que, desde los orígenes de nuestra basílica catedral, san Sebastián estuviese presente en algunas de sus capillas.

Ya en 1451, los Jurados de la Ciudad y Reino de Mallorca, suplicaban al cabildo, que la fiesta de san Sebastián fuese solemne y que en ella se tocase la campana mayor, conocida como n'Aloy, súplica que fue concedida. En 1518, otra vez los jurados del Reino demandaron y consiguieron la concesión de capilla propia, la segunda después del portal mayor, de la cual obtuvieron el patronato. Entre los años 1522 y 1523 apareció en el reino insular la tan temida peste, la cual produjo tal mortandad que se creyó despoblarse toda Mallorca. 

Todo cambió cuando durante el mes de agosto cesó el estrago. Muy pronto se supo que el milagro había sido obrado gracias a la llegada a la isla de una reliquia de san Sebastián, concretamente el hueso de uno de sus brazos. Había llegado a Mallorca con el arcediano de la iglesia de San Juan de Colachi, templo de los caballeros de Rodas, Manuel Suriavisqui. 

Cuenta una leyenda palmesana que cuando el arcediano y los otros monjes que le acompañaban quisieron salir del puerto de Palma para proseguir su camino, un fuerte temporal se lo impidió. Cada vez que se intentaba zarpar el temporal resurgía con fuerza. Parecía como si la reliquia de san Sebastián no quisiese salir de la isla. Los religiosos de Rodas, después de fallidos intentos de abandonar Mallorca, decidieron dejar la reliquia en Palma. A la mañana siguiente, zarparon los religiosos con el mar en calma absoluta.

En memoria de tal suceso, al cese de la peste, los capitulares y jurados instituyeron y ordenaron una general cofradía del glorioso mártir para todo el Reino con asiento en la nueva capilla, cuyos patronos eran los jurados. Estos, en 1634, presentaban al cabildo la nominación, hecha por el Gran y General Consejo y aprobada por Breve Pontificio, de patrona del reino mallorquín a favor de la Inmaculada Concepción, y de patrón de la ciudad, por el Consejo de la misma, a favor de san Sebastián. En 1711 un rayo destruyó la capilla. Enseguida se empezó su restauración. En 1757, en el centro de la capilla, se colocó la nueva imagen del Santo, traída de Roma, que ahora veneramos. 


La Santa Sede confirmó el 18 de junio de 1868, bajo la autoridad del Romano Pontífice, Pío IX, y a instancias del obispo Miguel Salvá, el título de Patrono. Finalmente, el 16 de enero de 1907, el Papa Pio X, concedió la indulgencia plenaria para los fieles que honrasen a san Sebastián. Cada 20 de enero, el consistorio palmesano y el cabildo siguen honrando al patrón de Palma con una misa solemne.

Desde el año 1977, a propuesta del folclorista Bartomeu Ensenyat, siendo Miquel Duran, concejal de cultura y Paulino Buchens alcalde de Palma, se inició la celebración de la 'revetla' de san Sebastián. Ese primer año la fiesta tuvo lugar únicamente en la plaza Mayor, aunque en pocos años se extendió por todo lo largo y ancho de la ciudad, convirtiéndose en lo que hoy conocemos como la fiesta popular más multitudinaria de Palma.

Crónica de Bartomeu Bestad en D.M.

 

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