Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

"La paradoja de las ausencias: El desafío de reconstruir relaciones en una sociedad desquiciada".

 26-06-2023 

—Rechaza el pesimismo que te hace cobarde. 


En un mundo donde el tiempo se convierte en un recurso cada vez más banal y escaso, resulta evidente que algunos roles y responsabilidades se ven afectados. Los curas y los feligreses católicos, cuya vocación espiritual se basa en la conexión con lo divino, parecen haber dejado de lado la práctica de la oración y los sacramentos, para dejarse atrapar por las tendencias de la moda, los roles de la política y la falta de visión sobrenatural, dejando los primeros un vacío en su misión de guiar y acompañar a sus feligreses hacia la fe y la reflexión, y los segundos ignorando las obras de misericordia y su compromiso con todo el prójimo.


Pero no solo en el ámbito religioso encontramos esta paradoja. Los padres, madres, maridos y hermanos, pilares fundamentales en la estructura familiar, parecen haber perdido la capacidad de cuidar, acoger, cortejar y comunicarse entre sí. En medio de las exigencias diarias, el amor y la atención se diluyen, dejando relaciones vacías de afecto y comprensión por falta de ilusión y grandes dosis de egoísmo.

El ámbito educativo tampoco escapa de esta tendencia preocupante. Los estudiantes, a menudo abrumados por la carga académica y las distracciones digitales que los inhiben de su deber y obligación con miras a su futuro, han dejado de estudiar de manera profunda y comprometida. El conocimiento se convierte en una mera acumulación de datos, perdiendo su verdadero propósito de enriquecer el intelecto y fomentar el crecimiento personal.

Incluso en el campo de la medicina, profesión que debería estar constantemente actualizada, se observa la falta de compromiso por mantenerse al día con los avances científicos y tecnológicos. Los médicos, en su afán por atender a un número creciente de pacientes y consultas, descuidan su propia formación, poniendo en riesgo la calidad de la atención médica que brindan.

La sabiduría y experiencia acumulada por los ancianos, pilares de la tradición y la transmisión de conocimientos, también se ve amenazada. En una sociedad que valora la juventud y la eficiencia, los mayores en algunos casos son relegados al olvido, en otros son los viejos que cegados por no envejecer o aferrados a un pasado que ya no existe, se están perdiendo la oportunidad de compartir su perspectiva invaluable y enriquecer la vida de las generaciones más jóvenes.

Ante esta realidad, es urgente replantear nuestras prioridades y reconectar con lo esencial. Es fundamental encontrar un equilibrio entre nuestras responsabilidades y el cuidado de nuestras relaciones. Rezar, cuidar, acoger, cortejar, hablar, estudiar, actualizarse, mimar, compartir sabiduría y dedicar momentos de intimidad son pilares indispensables para una vida plena y significativa.

En un mundo donde el tiempo parece escaparse entre nuestras manos sin dejar poso, es hora de recordar la importancia de nutrir nuestras conexiones humanas y cultivar una sociedad donde cada uno de estos aspectos encuentre su lugar. Solo así podremos romper con la paradoja de las ausencias y construir un futuro más humano, lleno de amor, comprensión y crecimiento personal.

 Dídac Polo

 

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