Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

NO SE PUEDE SERVIR A DIOS Y AL DINERO (Mt 6:24).

     ¿CUÁLES SON NUESTRA PRIORIDADES?

En el pasaje bíblico citado (Mateo 6:24), se nos presenta la afirmación de que no se puede servir a Dios y al dinero al mismo tiempo. Este mensaje nos invita a reflexionar sobre las prioridades en nuestras vidas y cómo nuestras decisiones pueden estar influenciadas por intereses materiales.

El evangelio de hoy 5-7-23, en Mateo 8:28-34, nos presenta un ejemplo concreto de cómo Jesús busca el bienestar y la felicidad de las personas. En este relato, Jesús libera a dos personas que estaban poseídas por demonios y sufriendo mucho a causa de ello. Estos demonios reconocen a Jesús como Hijo de Dios y le piden que los envíe a una piara de cerdos cercana. Jesús accede a su petición y los demonios abandonan a las personas y entran en los cerdos, los cuales se precipitan por un acantilado y mueren. Los cuidadores de los cerdos cuentan lo sucedido al pueblo y, en lugar de alegrarse por la liberación de las personas, le piden a Jesús que se vaya de su país.

Este episodio ilustra cómo un mundo enfocado en lo material tiende a rechazar a Jesús. Mientras que Jesús y su Iglesia priorizan el cuidado y la misericordia hacia las personas, los habitantes de aquel pueblo se preocupaban más por los cerdos y las pérdidas económicas que esto les ocasionaba. Es importante comprender que este relato no busca menospreciar el valor de los recursos materiales, sino subrayar que cuando los intereses económicos se anteponen a las personas, se pierde de vista lo más importante.

Hoy en día, nos enfrentamos a desafíos similares. Por ejemplo, hace 38 años se aprobó el aborto, una realidad que está vinculada al pecado y que representa una triste manifestación de muerte. Además del dolor que esto causa a nivel individual, el entorno económico que se ha construido en torno a esta práctica es profundamente cuestionable. Empresas de cosmética y farmacéuticas que venden productos relacionados con el aborto, así como clínicas que realizan abortos a cambio de dinero, son ejemplos de cómo se expulsa a Jesús de estos contextos. Estas realidades generan un alejamiento de los valores de amor, comprensión y misericordia que Jesús nos enseña.

Es esencial recordar que nuestro compromiso con Dios no debe limitarse a la esfera religiosa, sino que debe abarcar todas las áreas de nuestra vida. No podemos servir a Dios auténticamente si nuestras acciones están impulsadas por el deseo de acumular riquezas materiales sin considerar el impacto que tienen en los demás. La llamada es a cultivar una conciencia ética y a recordar que las personas siempre deben ser nuestra prioridad, por encima de cualquier interés económico.

En conclusión, la enseñanza de "no se puede servir a Dios y al dinero" nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y cómo nuestras acciones pueden estar influenciadas por intereses materiales. El relato bíblico mencionado nos muestra cómo un mundo materializado puede alejar a Jesús y cómo algunas realidades, como el aborto y su entorno económico, pueden expulsara Jesús de nuestras vidas. Es importante recordar que el mensaje central de Jesús es el amor, la comprensión y la misericordia hacia los demás. Nuestro compromiso con Dios implica considerar siempre el bienestar de las personas y no permitir que los intereses económicos nos aparten de esta responsabilidad. Ya que no se puede construir un mundo sin Dios.

Dídac Polo

 

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