Mn. Francesc Ramis i Darder
"Nadie puede conocerse así, si no conoce la Biblia".
Antes matar a los profetas era un deporte. Ahora no matamos a los profetas a pedradas, pero los matamos sobre el papel: El Papa, el Obispo, mi Parroco, mi amigo... a los que asesinamos también mentalmente. Aunque su queja o visión venga de Dios. Nos ensordecemos y cada vez nos cuesta más oír a los profetas.
El PROFETA AMÓS.
Cap. 1. Qué es un profeta en la Biblia?
-El profeta no es aquel que adivina el futuro.
-El profeta, según la Biblia, es el que en la forma que vive, habla y se comporta, da testimonio de Dios.
"Eso es lo que nos pide hoy la Iglesia y si esto no pasa, es que no hay vida Cristiana".
Hay 17 profetas, algunos como Isaías con 67 capítulos y Días con solo 21 líneas.
A los profetas o profetizas, se les cambiaba el nombre cuando comienzan a trabajar como profeta.
“AMOS” qué significa: DIOS ME AMPARA ("carga, el que lleva la carga”).
Y así, de alguna manera, cuando la gente lo recibía ya recibía una catequesis.
Amos es muy antiguo 750 antes de Cristo (no existían ni el antiguo ni en el Nuevo Testamento). Vivía en Técoa. Donde vivían unas cuantas familias y él cuidaba (sicomoros) higueras, y un pequeño rebaño de ovejas.
Amós era pobre pero sin hambre.
¿Qué pasaba en Palestina en tiempos de Amós?
Había dos países en el Sur, uno de 25 km2. El país de Judá capital Jerusalén. Y en el Norte el país de Israel, con capital Samaria 150 Km2.
Los habitantes de Israel eran muy ricos, ya que pasaban por allí las carreteras que iban a otros países con un río como el Jordán, donde florecían las viñas, progresaba la industria textil y se expandía el comercio y la ganadería… La diferencia entre Jerusalén y Samaria es enorme.
La arqueología que escarbó Samaria, ha confirmado que era una ciudad muy importante.
Las gentes que vivían en el centro amurallado tenían las fachadas de las casas adornadas con marfil importado de Egipto. Eran gentes no sólo ricos, sino opulentos y ostentosos.
La arqueología ha encontrado también una muralla hecha de cañas donde vivían confinados los emigrantes procedentes de Judá y otros reinos limítrofes (Damasco, Asiria…), que trabajaban como campesinos y para los señores ricos de Samaria.
Como el viento siempre va en una dirección el poblado de los emigrantes estaba situado de tal manera que este viento apartaba el hedor que en el poblado se respiraba por falta de medios higiénicos y de agua, y la muralla de cañas también era para ocultar la pobreza y la miseria en que vivían sus pobladores (que encima eran saqueados por prestamistas y comerciantes que falseaban las pesas y las balanzas, sin que el gobierno hiciera nada), de los ojos de los ricos cuando paseaban por sus terrazas y mansiones, en las que vivían opulentamente en la zona rica de Samaria.
"La desigualdad social era brutal, como en la mayoría del resto del mundo de la Antigüedad… Algo que a Dios no le gustaba".
Ante tal situación de desamparo, los pobres de Samaria suplicaban a Dios pidiéndole justicia.
Entonces Dios le dijo a Amós: «Con esta plomada de albañil voy a medir si la conducta de mi pueblo Israel es recta. No le voy a perdonar ni una vez más» (Am 7,7-9).
Pensó por un momento negarse y decirle a Dios que no. Pero sintió un temblor en su cuerpo, un fuego que lo devoraba por dentro, y un rugido ensordecedor que amenazaba hacerle estallar sus oídos. No era fácil rechazar un encargo divino. Y ese día decidió aceptar la vocación de profeta. Y allí va Amos!
-Decidido a hablar con el rey Jeroboam...
Para lo cual se prepara un sermón con sentido común, de entrada no atacarlo directamente, sino que le habla de la situación de los países vecinos y el castigo que se merecían por sus pecados.
Luego acomete el tema de los emigrantes y jornaleros para los que le pide solidaridad a base de comida, mantas y sitios decentes para vivir.
Alegando que había un peligro que se llama Asiría.
Pero Jeroboam II se burla y lo hace expulsar por (tonto).
Y veinte años después, los del Imperio Asirio van a la conquista de Samaria y los pobres y marginados los ayudaron diciéndoles cuáles son las debilidades de las defensas... Y hoy Samaria es un desierto.
-Pero la audacia más grande de Amós no fue la de anunciar semejante tragedia, sino la de anunciarla cuando nada hacía preverlo. Cuando solo se veía prosperidad y estabilidad económica, en un reino que atravesaba los mejores años de su historia.
"La evidencia arqueológica lo muestra como la época más rica de Israel, debido sobre todo al comercio de aceite de oliva, vino y caballos, tanto con Egipto como con Asiria. A finales del siglo octavo era el estado más densamente poblado del Levante mediterráneo, con alrededor de 350.000 habitantes".
-AMÓS El profeta de la Justicia Social.
Una cosa de sentido común: A aquellos que tenéis Fe, Yavé os hace profetas de un compromiso social.
Rvdo. Paco Ramis
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