Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

miércoles, 14 de agosto de 2024

LA ASUNCIÓN DE MARÍA Madre de Dios y Madre nuestra

    La Asunción de María, celebrada cada 15 de agosto, es una de las festividades más importantes del calendario litúrgico cristiano, especialmente en la tradición católica.  Si bien día 14, en el Monasterio de la Purísima Concepción, siguiendo la tradición cristiana, en procesión claustral hemos acompañado a la Virgen durmiente... Este acontecimiento místico se fundamenta en la creencia de que María, la Madre de Jesús, fue asunta al cielo en cuerpo y alma al final de su vida terrenal. La festividad no solo honra a la Virgen María, sino que también profundiza en su papel singular en la historia de la salvación y en la vida espiritual de los fieles.


Procesión claustral en el Monasterio de la Purísima Concepción

1. El Dogma de la Asunción de la Virgen

El dogma de la Asunción de María es una enseñanza fundamental de la Iglesia Católica que afirma que María, al concluir su vida terrenal, fue llevada en cuerpo y alma al cielo. Este dogma se basa en la profunda veneración que la Iglesia siempre ha tenido hacia la Madre de Dios y en la convicción de que, por su inmaculada concepción y su papel singular en la encarnación de Cristo, María debía ser preservada de la corrupción física. La Asunción es vista como una anticipación de la resurrección final de todos los cristianos, quienes, al igual que María, serán elevados a la gloria celestial.

2. Declaración del Dogma

El 1 de noviembre de 1950, el Papa Pío XII declaró solemnemente el dogma de la Asunción de María a través de la constitución apostólica Munificentissimus Deus. En este documento, el Papa afirmó que la Asunción de la Virgen era una verdad revelada por Dios, que ha sido creída por la Iglesia desde los primeros siglos del cristianismo. La declaración del dogma fue un acto de confirmación y profundización de la fe, reflejando una creencia que había sido venerada por los cristianos a lo largo de la historia. Este pronunciamiento también subrayó la dignidad única de María y su especial participación en la obra redentora de Cristo.

3. Importancia de la Asunción de la Virgen

La Asunción de María es significativa por varias razones teológicas y espirituales. En primer lugar, es un signo de esperanza para todos los cristianos, ya que prefigura la resurrección y glorificación de los cuerpos en el fin de los tiempos. Además, la Asunción destaca la pureza y santidad de María, quien es exaltada por encima de todos los santos como la Reina del Cielo. Esta celebración también invita a los fieles a reflexionar sobre el destino final de la humanidad y el llamado a vivir en santidad para unirse un día a María en la gloria celestial. A nivel espiritual, la Asunción refuerza la importancia de la devoción mariana, reconociendo a María como intercesora y guía hacia Cristo.

4. ¿Dormición o Muerte de María?

La cuestión de si María murió antes de ser asunta al cielo ha sido objeto de debate teológico durante siglos. En la tradición oriental, se habla de la "Dormición" de María, que sugiere un tránsito pacífico y sin sufrimiento desde esta vida a la eternidad. La Iglesia Occidental no ha definido dogmáticamente si María murió o no, dejando espacio para ambas interpretaciones. Sin embargo, lo esencial del dogma es que María fue llevada en cuerpo y alma al cielo, independientemente de si experimentó la muerte física. Esta ambigüedad resalta el misterio de la Asunción y la trascendencia del acontecimiento.

Postura Filial ante el Acontecimiento Sobrenatural

Ante el misterio de la Asunción, los fieles están llamados a adoptar una postura de humildad, fe y devoción. Este acontecimiento nos invita a reconocer a María no solo como la Madre de Cristo, sino también como nuestra madre espiritual, que nos ofrece la gracia santificante que es Cristo. En María, vemos el ejemplo perfecto de la vida cristiana y el modelo a seguir en nuestro propio camino hacia la santidad. Al celebrar la Asunción, debemos renovar nuestra confianza en la intercesión de María y nuestra esperanza en la vida eterna, recordando que, al igual que Cristo recibió su cuerpo de María, nosotros recibimos de ella la gracia que nos conduce a la salvación. La Asunción, entonces, se convierte en un momento de profunda unión con la Madre de Dios, quien nos guía hacia su Hijo en el cielo.