SAN EULOGIO DE CÓRDOBA "Su afán de cada día era acercarse más y más al Cielo, y gemía sin cesar por el peso de la carga de su cuerpo."

9 de enero, San Eulogio de Córdoba, mártir de la persecución musulmana.
 

La invasión musulmana de la Península Ibérica, Baleares y la Septimania, a principios del siglo VIII, configuró la formación de Al- Ándalus, término con el que se conoce al territorio actualmente perteneciente a Portugal, España y Francia que estuvo bajo poder musulmán, y que alcanzó su mayor expansión en el 732. (Con el avance de la gloriosa reconquista iniciada por los cristianos de las montañas del norte peninsular, el nombre de Al-Ándalus se fue adecuando al menguante territorio bajo dominación musulmana, cuyas fronteras fueron progresivamente empujadas hacia el Sur, hasta la feliz toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492).

La población mozárabe (los cristianos de origen hispano visigodo que vivían en Al-Ándalus) pasó de ser del 90-95% del total de la población en el primer siglo de invasión musulmana, a ser solo un 50% en el siglo XI.

La Iglesia sufrió intermitentes persecuciones, como la masiva deportación en 1126 al Norte de África, que supuso la desaparición de todos los cristianos de las zonas urbanas del territorio  invadido por los musulmanes. Otra de las grandes persecuciones es la de los mártires de Córdoba, del 850 al 859.

9 de enero, San Eulogio de Córdoba, mártir durante la persecución musulmana en España.

Durante los terribles siglos de la invasión musulmana de España (s.VIII-XV) se discriminaba a los cristianos y se les perseguía con crueldad, especialmente si hacían proselitismo. Se les imponía un impuesto y se castigaba con la muerte cualquier cosa que se considerara un insulto contra el islam (lo que favorecía delaciones falsas que dejaban a los cristianos indefensos). Se permitían matrimonios mixtos, pero si un hijo de ese matrimonio se hacía cristiano se le ejecutaba. También hubo deportaciones masivas, como la de 1126, en que se expulsó al Norte de África a todos los cristianos de las zonas urbanas de Al Ándalus.
San Eulogio nació en Córdoba en torno al año 800, de familia cristiana. Fue educado por el abad Esperaindeo, que gobernaba el monasterio de Sta. Clara en Córdoba, y quien decía: "Si quieres que tu oración vuele hacia Dios, ponle dos alas: el ayuno y la limosna."

A sus 25 años, San Eulogio ya era sacerdote en la iglesia de San Zoilo.
Su condiscípulo Álvaro Paulo dijo de él, que "su afán de cada día era acercarse más y más al Cielo, y gemía sin cesar por el peso de la carga de su cuerpo."
Intentó emprender un viaje para interesarse por el paradero de dos de sus hermanos comerciantes, pero las guerras a ambos pasos del Pirineo le cortaron el paso.

En diversos monasterios de Navarra y Aragón recogió manuscritos de San Agustín, Horacio, Virgilio, y otros autores antiguos, y los llevó a Córdoba.
Escribió diversas obras como "Memorial de los Mártires", "Documento Martirial", "Apologético", "Carta a Wilesindo", etc. Se esforzó en animar a la perseverancia a los confesores y mártires. Relató 48 ejecuciones en Córdoba (38 hombres y 10 mujeres), y no fueron las únicas de aquella época. Él mismo también fue perseguido, siendo muy vigilado, y hasta fue encarcelado junto al obispo Saulo.

Tras ser liberado, continuó con su apostolado.
Al morir el arzobispo de Toledo, San Eulogio fue elegido para sucederle, pero no llegó a la sede, pues fue apresado nuevamente por los musulmanes, acusado de hacer proselitismo con la joven Sta. Lucrecia, que siendo hija de musulmán, se había convertido al cristianismo.
El 11 de marzo de 859 fue decapitado, y pocos días después ejecutaron también a Sta. Lucrecia.

El cadáver de San Eulogio fue sepultado en la iglesia de San Zoilo y en 883 fue trasladado a la catedral de Oviedo, donde hoy se conserva.

Es autor de "Memorial de los Mártires", "Documento   Martirial", y "El Apologético".