Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

domingo, 15 de enero de 2023

SAN PABLO Ermitaño

San Pablo ermitaño, 15 de enero.

Este santo está considerado el primer ermitaño de la Historia de la Iglesia. Nació sobre el 228 en Tebaida, Egipto, de buena familia. Fue educado en las ciencias de su tiempo. Quedó huérfano muy joven, y heredero de los bienes paternos, se desprendió de ellos para dedicarse a Dios.


Durante la cruel persecución del tirano emperador romano Decio, huyó al desierto con la intención de permanecer allí mientras durara la persecución, pero tras la muerte de Decio (el 251), se quedó en el yermo, pues había descubierto su vocación a la vida contemplativa, que la desarrollaba  orando día y noche, en una austeridad heroica, con un ayuno continuado, vistiendo pobremente, y mortificándose continuamente.

Durante los últimos sesenta años de su vida, la divina providencia, como hiciera en otro tiempo con el profeta Elías, le servía cada día medio pan que le llevaba un cuervo.

Pronto, muchos iniciaron similar vida anacoreta, y aunque vivían solos, en ocasiones excepcionales se visitaban para edificarse espiritualmente, y ayudarse si precisaba. Uno de estos visitantes fue San Antonio Abad, quien por inspiración divina descubrió que había un anacoreta más antiguo que él, y quiso verlo. Al llegar junto a San Pablo, éste no quiso recibirlo por no tener trato con hombres y conservar mejor su retiro, pero tras la insistencia de San Antonio, accedió, y ese día el cuervo les llevó un pan entero.

Los dos santos compartieron un piadoso diálogo, y pasaron toda la noche en oración, y tras esta visita, San Antonio se marchó, y viendo por el camino, a unos ángeles que se llevaban el alma de San Pablo de Tebas hacia el Cielo, se dirigió de nuevo hacia la cueva en la que él estaba, y cuando llegó junto al santo, encontró su cuerpo exánime, arrodillado, en actitud de oración. Entonces lo sepultó y se quedó su vestidura, que desde entonces se la ponía en las grandes solemnidades.

San Jerónimo, que escribió la vida de San Pablo ermitaño, dice que murió después de noventa años de vida eremítica, el 342, en la provecta edad de 113 años.

San Pablo ermitaño, junto a San Antonio abad, son titulares de la congregación  de ermitaños de San Pablo y San Antonio (que subsiste en Valldemosa, Mallorca), y también de otras congregaciones de anacoretas.

 

 

 

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