El dia 27 de abril se celebra la Fiesta de la Virgen de Montserrat, Patrona de Cataluña, precedida por la celebración de la Víspera el día anterior.
Desde las Fiestas de la entronización (1947), la Víspera se ha vuelto
tan solemne y concurrida como la misma Festividad, sobretodo para la
juventud. La tarde del 26 de abril, año tras año, el Santuario se llena
de jóvenes que llegan para compartir un ambiente fraternal y de amistad.
Actuaciones musicales, lecturas especiales y cánticos de salmos animan
la jornada, que culminan con la celebración de la Ecuaristía de la
Víspera. La Festividad de la Virgen de Montserrat se celebra con
numerosos actos folclóricos y festivos, tales como “castellers”,
orquestas, sardanas… Adquieren especial interés las celebraciones
litúrgicas.
La “Moreneta”, llamada familiarmente así por el color oscuro de
su cara, es una talla románica en madera que data de finales del siglo
XII. Su color es el resultado de la transformación del barniz de su cara
y de sus manos a causa del paso del tiempo.
La Santa Imagen es una talla de la Virgen de Montserrat en
majestad y del Niño Jesús sentado en su regazo. La Virgen sostiene con
la mano derecha el orbe esférico, símbolo del cosmos, la creación, el
volumen perfecto.
Con la mano izquierda, María hace el gesto de ponerla sobre el
hombro del Niño, indicando así que aquel rey omnipotente es hijo suyo.
El Niño Jesús bendice con la mano derecha y en la izquierda sostiene una
piña, símbolo de fecundidad y vida perenne. Todo ello provoca una
impresión majestuosa y afable a la vez.
Leyenda:
El primer texto que hace referencia a la leyenda data del 1239,
cosa que evidencia que Montserrat es un lugar santo desde mucho tiempo
atrás, tanto por la presencia de la imagen de Santa María, como por la
de miles de peregrinos.
Cuenta la leyenda que en el año 880, un sábado al anochecer en
la montaña de Montserrat, unos pastorcitos vieron bajar una gran luz del
cielo, acompañada de una bella melodía. El sábado siguiente los niños
volvieron con sus padres. Y la visión se repitió. Los cuatro sábados
siguientes les acompañó el Rector de Olesa. Y todos constataron dicha
visión.
Una vez enterado de lo ocurrido, el Obispo que se encontraba en Manresa,
organizó una visita. Y vieron una cueva, donde encontraron la imagen de
Santa María. El Obispo les propuso trasladarla procesionalmente a
Manresa, pero apenas sacarla, la imagen se hizo tan pesada que no
pudieron mover. El Obispo interpretó este hecho como la voluntad de la
Virgen de quedarse en aquel lugar y mandó construir una capilla para
María, que tenía que ser venerada en la montaña de Montserrat.
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