Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

jueves, 14 de septiembre de 2023

LA VIRGEN DE LOS DOLORES. María al pie de la Cruz: La Madre de los Dolores

María, venerada bajo el título de la Virgen de la Soledad o de los Dolores, se erige como un faro de fortaleza y devoción en el corazón de los creyentes. En la festividad de nuestra Señora de los Dolores, el 15 de septiembre, la memoria de los sufrimientos que esta mujer excepcional soportó a lo largo de su vida adquiere un brillo especial. Fue su inquebrantable aceptación de ser la Madre del Salvador lo que la llevó a cargar con el más profundo dolor humano.

En este día en el que Jesús nos la entrega como madre nuestra, filialmente como hizo Juan, acompañamos a María en su experiencia de un sufrimiento inconmensurable. Contemplamos a una madre que, con el corazón destrozado, observa a su amado Hijo enfrentar la incomprensión, la acusación y el abandono de sus apóstoles temerosos. Lo ve flagelado por los crueles soldados romanos, con una corona de espinas cruelmente presionada sobre su cabeza, mientras es escupido y abofeteado sin piedad.

María camina junto a su Hijo descalzo, soportando el peso de un madero astilloso y agonizante hacia el sombrío monte Calvario. Allí, presencia la inefable agonía de su muerte en una cruz, donde Él es clavado de pies y manos por el amor redentor. Es en este instante, cuando María está al pie de la Cruz, que su corazón se desgarra en el abismo del dolor más profundo imaginable.

Sin embargo, a pesar de la oscuridad de esta hora, María extrae su fortaleza de la oración y la confianza inquebrantable en la Voluntad de Dios. Su vida es un testimonio de que, aunque nosotros, seres humanos limitados, no siempre comprendamos el plan divino, confiar en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros es la senda hacia la verdadera paz y redención.

María al pie de la Cruz nos muestra la capacidad humana de soportar el sufrimiento más abrumador, siempre confiando en el amor y la misericordia divina. En su semblanza apasionada, María emerge como un faro de esperanza y fortaleza para todos los que enfrentan las tormentas de la vida, recordándonos que la fe y la confianza en Dios pueden superar cualquier adversidad y obstáculo, y que a través del sufrimiento, podemos encontrar la redención y la gracia divina.

 

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