Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

miércoles, 19 de octubre de 2022

SAN PEDRO DE ALCÁNTARA

Hoy es San Pedro de Alcántara, que nació de buena familia en 1499 en Alcántara, Cáceres. Estudió leyes en la Universidad de Salamanca, pero lo dejó todo para entrar en la Orden de Frailes Menores fundada por San Francisco de Asís, en la que vistió los hábitos a sus 16 años. Fundó el convento de "El Palancar", el más pequeño del mundo, que sólo disponía de dos celdas y una pequeña capilla.

 


Fue consejero de Sta. Teresa de Jesús, la que sería su primera biógrafo.
El Emperador Carlos, en su retiro de Yuste, le llamó para que fuera su confesor, pero el santo declinó.

Combinó su contemplación con el apostolado. Hizo penitencias muy rigurosas como dormir sólo unas dos horas y hacerlo sentado, ayunar, flagelarse, etc.

Entre sus milagros, sabemos que en cierta ocasión en que el río Tiétar bajaba con las aguas crecidas cerrándole el paso, de repente,  de forma milagrosa se encontró en el otro extremo del río.

En otra ocasión, y esta vez con muchos testigos, cruzó caminando el río Alagón (que venía muy caudaloso), mientras iba leyendo.

También una vez cruzó el río Tajo sin darse cuenta del milagro hasta que al llegar al otro extremo le pidió a un barquero que le cruzara en dirección a Garrovillas, ante lo que el hombre, creyéndole embriagado, le dijo: "Duérmala hermano, que el río ya le pasó."

Semejantes milagros se reprodujeron en los ríos Almonte, Guadiana  y  Duero. De él diría el arzobispo Jacobo de los Ángeles, que "superó al Príncipe de los Apóstoles, pues seis veces caminó sobre las aguas."

Otros muchos milagros conocemos de San Pedro de Alcántara, como cuando Dios le protegió de una tormenta de nieve, haciéndose como una bóveda a su alrededor sin que a él le tocara la nieve.

Otro milagro fue que siendo el santo, guardián del convento de Los Ángeles, en cierta ocasión en que se encontraban aislados por la nieve y sin alimento alguno, se oyó la campana de la puerta, y al abrir, había viandas sin que hubiera huellas en la nieve.

Una vez que celebraba misa al aire libre, se desató una gran tempestad que no afectó a los que estaban en la misa.

En un día caluroso, fray Pedro tocó con su bastón una roca, y al instante manó una fuente de agua.

Entre sus milagros también hay curaciones de enfermos, como cuando a una niña ciega de cuatro años le dio la vista.

Murió a sus 63 años el 18 de octubre de 1562, y cuando enmedio de una fuerte tormenta, sacaron  su cadáver para dirigirse hacia la ermita de San Andrés, toda la comitiva fúnebre caminó libre de la tormenta, y la luz de las hachas no se apagó.

De él dijo Sta. Teresa de Jesús, que cualquier cosa que pidiera por su intercesión se lo concedería.



 

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