Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

jueves, 1 de junio de 2023

FIESTA DE JESÚS SUMO SACERDOTE

 El jueves, 1 de junio, la Iglesia celebra la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno sacerdote, en la que se invita a tomar conciencia del gran don del sacerdocio y a orar por nuestros sacerdotes para que el Señor siga iluminando su ministerio.

El jueves posterior a la Solemnidad de Pentecostés se celebra en algunos países la fiesta de “Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote”.

Origen y desarrollo

Esta festividad tiene sus orígenes en la celebración del sacerdocio de Cristo que se realiza en la Iglesia desde siempre, pero que en algunas localidades o diócesis, concretamente de España, cobró una forma particular al dedicársele un día del año en particular.

Después de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II la fiesta de Jesucristo, Sumo y eterno sacerdote ha venido recibiendo un impulso creciente por parte de la Congregación de Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, congregación femenina de vida contemplativa cuyo carisma consiste en pedir por la fidelidad de los sacerdotes y por el aumento de las vocaciones sacerdotales.

La celebración fue introducida en España en 1973 con la aprobación de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, con el patrocinio del Papa San Pablo VI. Esta posee textos propios para la celebración de la Santa Misa y el Oficio, aprobados dos años antes.

Además de España, otras Conferencias Episcopales han incluido esta fiesta en sus calendarios litúrgicos particulares. Este es el caso de Chile, Colombia, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela. En algunas diócesis de estos países se le denomina “Jornada por la santificación de los sacerdotes”.

Fundamento a la luz del Magisterio

San Juan Pablo II, en el documento “Ecclesia de Eucharistia” señalaba que “el Hijo de Dios se ha hecho hombre, para reconducir todo lo creado, en un supremo acto de alabanza, a Aquél que lo hizo de la nada… De este modo, Él, el sumo y eterno Sacerdote, entrando en el santuario eterno mediante la sangre de su Cruz, devuelve al Creador y Padre toda la creación redimida. Lo hace a través del ministerio sacerdotal de la Iglesia y para gloria de la Santísima Trinidad”.

La Escritura provee de abundantes referencias que contribuyen a la comprensión del Sacerdocio definitivo de Cristo, el cual comparte todos y cada uno de los sacerdotes que Dios llama a su servicio para toda la eternidad.

En el Nuevo Testamento la palabra “sacerdote” designa ciertamente a los ministros encargados del culto sacrificial, guardianes de la Ley y el Templo, pero su uso se reserva en su sentido pleno para denominar a Cristo que congrega al pueblo de Dios, en virtud de su Sacerdocio real:

"Ustedes, en cambio, son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz" (1 Pedro 2,9).

Por el sacerdocio ministerial, los sacerdotes son configurados con Cristo y actúan en los sacramentos –de modo eminente, en la celebración de la Eucaristía– in persona Christi capitis Ecclesiae, en la persona de Cristo cabeza de la Iglesia: en el nombre de Cristo y de su Iglesia. El orden sagrado está al servicio del sacerdocio común. Éste último, esencialmente distinto del sacerdocio ministerial (2), permite que cada cristiano se ofrezca a sí mismo y toda su vida en sacrificios espirituales (3), uniéndose al sacrificio de la Cruz actualizado en el misterio eucarístico.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario