Santo Domingo de Guzmán 8 de agosto
Dante, en la "Divina Comedia", le llama "Esplendor de luz querúbica." Nació el 8 de agosto de 1170 en Caleruega, Burgos, en la ilustre familia de los Guzmán. Su madre, Beata Juana de Aza, y su hermano, Beato Manés, también fueron reconocidos por su santidad y devoción. Desde temprana edad, Juana de Aza inculcó en él un profundo amor a Dios.
A los siete años, fue confiado a su tío arcipreste para su educación. A los 14 años, se mudó a Palencia, donde vivió con un tío sacerdote. A pesar de su juventud, su seriedad y dedicación eran notables. Gustaba de leer libros religiosos y practicar la caridad con los pobres.
En una época de gran hambre, compartió todos sus bienes y hasta vendió sus queridos libros para ayudar a los necesitados. Su lema era "No puede ser que Cristo sufra hambre en los pobres, mientras yo guarde en mi casa algo con lo cual podía socorrerlos."
Durante un viaje acompañando a su obispo por el sur de Francia, observó la amenaza de los herejes y su inadecuado método de evangelización. Decidió fundar una comunidad de predicadores que vivieran en pobreza y dieran ejemplo de santidad. Junto a un grupo de compañeros, comenzaron a evangelizar con gran éxito.
Domingo convenció a sus seguidores de que la oración, la paciencia y la penitencia eran armas más poderosas que la violencia para convertir a las personas. Formó una comunidad religiosa y ganó el apoyo del Papa Inocencio III.
Santo Domingo tuvo visiones en las que vio que él y San Francisco de Asís serían instrumentos de Dios para calmar Su ira y convertir a las almas. Mantuvo una amistad espiritual con San Francisco y juntos realizaron muchos milagros, tales como liberto veinte y seis endemoniados, doce enfermos; diecinueve ciegos, catorce cojos; ocho problemas con una mano, siete paralíticos; cuatro mundos, un epiléptico; tres hinchados, cinco persona que tenía parálisis facial; tres jorobados, un leproso; una sordomuda, un sordo; un enfermo, un inválido; la disentería en alguien y la ceguera en un ojo.
Además de profecías, el arrojo al fuego un libro que no se quemó mientras otros ardían, liberación de la lluvia en un viaje a Roma, la victoria en la batalla de Muret, durante la batalla, Santo Domingo de Guzmán; junto a los obispos, sacerdotes y varios seguidores del Señor; convencidos de su victoria porque seria de gran valor en el catolicismo, dejando a un lado todo lo que tuviera que ver con la política; rezan un rosario suplicando por el triunfo de los que defendían la causa de la fe.
Logrando la victoria, se le otorgó el éxito a los ruegos hechos por la iniciativa de Santo Domingo. En acción de agradecimiento, se fundó en la parroquia de Muret, un espacio para los rosarios.
Domingo promovió la devoción al rosario y recibió la misión de la Virgen María de propagar su uso. Fundó la Orden de Predicadores (dominicos) en 1216, y la orden creció rápidamente en toda Europa, destacándose en importantes universidades.
Santo Domingo enfatizó la importancia de la contemplación antes de la predicación, la caridad como método para ganar almas y el estudio constante de las enseñanzas religiosas. Practicó rigurosas mortificaciones y vivió con alegría y buen humor.
En 1221, agotado por su trabajo y sacrificio, falleció a los 50 años de edad en Bolonia. Su canonización ocurrió solo 13 años después de su muerte, y el Papa afirmó su santidad equiparándola a la de San Pedro y San Pablo.
La hermosa tradición de celebrar en conjunto con los franciscanos en sus festividades continúa como testimonio de la unidad espiritual entre las dos órdenes.
Santo Domingo de Guzmán, "Esplendor de luz querúbica," es recordado por su amor a Dios, como a la iglesia de Dios, su dedicación a la predicación y su humildad que influyó en la conversión de innumerables almas. La capital de la República Dominicana lleva su nombre: Sto. Domingo.
Dídac Polo
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