SAN ALONSO RODRÍGUEZ

Hoy es San Alonso Rodríguez, que nació el 25 de julio de 1533 en Segovia.

Y es el primer Santo Mallorquín.

 

  Nació en Segovia el 25 de julio de 1533. Era el segundo de once hermanos, y junto con el mayor fue enviado al colegio de jesuitas de Alcalá. Estando allí, falleció su padre, y su madre dispuso que Alonso dejara los estudios para hacerse cargo del telar familiar, negocio que no iba bien.

  Tres años después contrajo matrimonio y tuvo tres hijos, de los que murieron dos, y después falleció también su esposa, y más tarde murió su madre, y finalmente su tercer hijo. Entonces decidió llevar vida eremítica.
  
  Más adelante quiso hacerse religioso en la Compañía de Jesús, pero no fue admitido para clérigo pues carecía de estudios y ya era relativamente mayor para la época pues tenía 37 años, y fue admitido como hermano coadjutor en enero de 1571 en Valencia o en Gandía (no se sabe seguro).   

  Poco duró su estancia en esa ciudad, pues a los seis meses de haber ingresado fue enviado al Reino de Mallorca. Realizó el viaje acompañado de dos jesuitas mallorquines: Macià Borrassá y Bernat Crespí. Al llegar a la isla se instalaron en el recién estrenado colegio de Montesión. Por aquel entonces era su rector el padre Coch que se convirtió en el director espiritual de Alonso. Durante los primeros años, cuando se trabajaba intensamente en la construcción del Colegio y de la nueva iglesia, Alonso ayudó en los trabajos domésticos y acompañaba a los padres que salían a realizar visitas por la ciudad. 

  

 

  En el convento palmesano de Montesión, desarrolló tareas humildes como portero.
  Y siempre que tocaban la puerta decía "Ya voy Señor", pues veía simbólicamente en el prójimo el rostro de Cristo.

  Vivía una existencia de elevadísima santidad, con mucha mortificación y plegaria, así como una tierna devoción mariana. Tuvo éxtasis místicos y visiones, una de las cuales fue la aparición de la Virgen cuando iba camino del Castillo de Bellver, en el lugar en el que hoy se levanta una capilla en el lugar de tan magno acontecimiento. También conoció acontecimientos futuros e hizo milagros como la curación de enfermos.

  Pronto se extendió su fama de santidad y gentes de toda clase y condición hacían cola para entrevistarse con el santo y escuchar sus inspirados consejos. Uno de los que acudió a él a consultarle fue San Pedro Claver (que llegaría a bautizar más de 300.000 negros).
Dejó manuscritos que muestran su elevada mística. 

 La muerte del hermano Alonso conmocionó a la ciudad de Palma de Mallorca, así como a sus hermanos de comunidad. Como se suele decir habitualmente, había fallecido en olor de santidad. Sus exequias se celebraron pasada la festividad de Todos los Santos, siendo inhumado en la capilla de la Anunciación de la propia iglesia de Montesión.

 Inmortalizado por Zurbarán

  San Alonso murió el 31 de octubre de 1617 a sus 86 años y está enterrado en la iglesia de Montesión de Palma de Mallorca.

 Tan sólo un año después de su muerte, en 1618, se inició su proceso de beatificación, que posteriormente estaría parado durante más de dos siglos hasta que León XII le beatificó el 25 de mayo de 1825 y León XIII le canonizó, a la par que a su discípulo san Pedro Claver, el 15 de enero de 1888. Anteriormente, ya en la temprana fecha del 25 de octubre de 1633, el Gran y General Consell del reino de Mallorca había decidido incluirlo entre sus protectores, siendo actualmente, tal como he comentado anteriormente, santo patrón de la isla de Mallorca, dignidad que comparte con la venerada Virgen del Lluch.

ANEXO:

  El Santo segoviano, portero del Colegio de Montesión en Palma, su frase cotidiana era, cuando los chavales lo "empreñaban" llamando  a la puerta y salían corriendo, YA VOY SEÑOR. Y se encontraba con la puerta vacía, hasta que un día se encontró con la Virgen y el Niño en brazos. Premio a su paciencia, humildad y obediencia.

💣 El Colegio acogió, durante la Guerra de la Independencia, a la Academia de Artillería. Entre sus asignaturas figuraba la Física, la Química, Matemáticas, la fábrica de materiales y..., el baile. Los cadetes tenían clases de baile. Cuando se instaló la Academia en Palma, se añadió otra asignatura, la natación. Normal en una isla.

  Y es que al Artillero le distingue el aroma jesuítico, de todos para uno y uno para los demás. Su principal profesor, al fundarse la Academia en 1764 fué el padre Eximeno, jesuita, y su director espiritual, otro jesuita. Por esta razón, el Artillero tiene su impronta, heredada de esos inicios, en Segovia.
  Segovia, Artillería, San Alonso, Eximeno y Santa Bárbara, forman el patrimonio y bagaje Artillero.
No importa vivo o muerto ser general, teniente, cabo apuntador o artificiero. Sólo importa, por cierto, el oficio más bravo de ser solamente hijo de Santa Bárbara y Artillero.

Pep Oliver, Coronel de Artillería.

 

 

SAN LUCAS ( evangelista)

Hoy es la fiesta de San Lucas  Evangelista. Nació en Antioquía el año 9 y se cree que era un judío de la diáspora. Era médico y fue discípulo de San Pablo a quien acompañó en muchos de sus viajes. La tradición dice que formó parte del grupo de los 72 discípulos.

 
Tras hacer una prolija investigación, como él mismo dice, escribió en griego el evangelio que lleva su nombre y los Hechos de los Apóstoles, lo que ya afirmaban San Jerónimo y Eusebio de Cesaréa. En su Evangelio describe muchas cosas de la Virgen, a quien se cree que conoció personalmente.
Algunos investigadores sostienen que predicó en Macedonia, Acaya y Galacia y que murió en Beocia.

El año de su muerte se sitúa en el 84 sobre sus 73 años de edad, y la tradición dice que pidió ser enterrado junto a una imagen de la Virgen que él mismo había tallado.

SANTA TERESA DE JESÚS

    15 de Noviembre Santa Teresa de Jesús

 

Santa Teresa de Jesús, nacida en Ávila el 28 de marzo de 1515, fue una mujer extraordinaria cuyo coraje y valentía se destacaron a lo largo de toda su vida. Desde una edad temprana, demostró una devoción profunda por su fe y un deseo apasionado de servir a Cristo y a la Iglesia. A pesar de su juventud, manifestó una determinación inquebrantable que la llevaría a superar obstáculos significativos en su búsqueda espiritual.

El primer indicio de su extraordinario coraje se evidenció cuando, de niña, anhelaba el martirio y, junto con su hermano Rodrigo, intentó partir hacia tierras de musulmanes para ser decapitada por su fe. A pesar de su corta edad, su firmeza y su entrega a Cristo eran innegables. Aunque su intento se vio frustrado por un tío que los interceptó en el camino, este episodio reveló su deseo inquebrantable de darlo todo por su fe.

A los 20 años, desafiando la voluntad de su padre, ingresó al convento carmelita de La Encarnación, donde su compromiso con la vida religiosa se fortaleció. Sin embargo, su camino hacia la santidad no fue sencillo. Una enfermedad la obligó a abandonar temporalmente el convento, pero a su regreso, experimentó una transformación espiritual a los 39 años que marcó un punto de inflexión en su vida.

Con una valentía indomable, Santa Teresa emprendió la reforma del Carmelo femenino. Su lucha por la restauración de la austeridad y la vida contemplativa en el Carmelo la llevó a fundar las Carmelitas Descalzas con el permiso del Padre General. Este acto, junto con su asistencia a San Juan de la Cruz en la reforma de la sección masculina de la Orden, dejó una huella indeleble en la historia de la Iglesia.

Durante esta etapa de reforma, Santa Teresa recorrió toda España, fundando conventos y compartiendo su sabiduría y enseñanzas con otras monjas. Sus libros, entre ellos "Libro de la Vida," "Camino de Perfección," y "Las Moradas," son testigos de su compromiso con la búsqueda de la perfección espiritual y su deseo de inspirar a otros en su camino hacia Dios.

A lo largo de su vida, Santa Teresa experimentó dones místicos extraordinarios, como éxtasis, levitaciones y la transverberación, que la unieron aún más a Dios. La transverberación, en particular, simboliza su ardiente amor por Dios, donde vio un ángel que atravesó su corazón con un dardo de oro en llamas.

Finalmente, Santa Teresa de Jesús dejó este mundo el 4 de octubre de 1582. Aunque su muerte coincidió con la introducción de la reforma del calendario por el Papa Gregorio XIII, su legado perdura y su valentía, coraje y entrega a Cristo y a la Iglesia continúan inspirando a generaciones de creyentes en todo el mundo. Santa Teresa es un ejemplo inquebrantable de una mujer cuya vida estuvo dedicada por completo a su fe y a su amor por Dios.

 

LA VIRGEN DEL PILAR

12 de octubre, Virgen del Pilar, y  día de la Hispanidad.

El 2 de enero del año 40, mientras la Virgen vivía todavía en Palestina con el apóstol San Juan, se apareció en César Augusta, en Hispania, al apóstol Santiago que estaba predicando la fe en estas tierras.
 Se le manifestó sobre un pilar, y pidió que se erigiera allí una capilla, prometiendo su protección maternal.
   Así, la Virgen del Pilar siempre ha sido invocada, como ocurrió durante los duros años de la invasión musulmana.
Nuestra Señora dispuso que en ese lugar se construyera una iglesia y anunció que nunca faltaría su apoyo, de modo que prometió: "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos, para que Dios obre portentos."

-Los milagros logrados por la intercesión de la Virgen del Pilar son muchos, y el más notable fue el de Calanda, en que el joven Miguel Juan Pallicer, que a resultas de un accidente tuvo que sufrir la amputación de una pierna, y pedía limosna en las puertas de la basílica del Pilar, en la noche del 29 de marzo de 1640 recibió milagrosamente la restitucuón de la pierna, lo que la Iglesia investigó y pudo declarar que era un milagro, y hasta Felipe IV llamó a palacio al joven y besó la pierna recuperada.

-Y fue el día del Pilar de 1492, cuando España descubrió el Nuevo Mundo para ser evangelizado, bajo la ayuda de tan augusta madre, por lo que en este día celebramos la Hispanidad, dando gracias a Dios por la egregia labor misionera de la conquista de América.

-Las Fiestas del Pilar son las fiestas patronales de Zaragoza (Aragón, España) que se celebran en honor de la Virgen del Pilar, patrona de la ciudad.

 -Pese a que la aparición tuvo lugar en enero, desde muy pronto se comenzó con la celebración del día dedicado a la Virgen del Pilar el 12 de octubre porque fue el día que se celebró la primera misa en el primer templo dedicada a ella y construido en el siglo I.

SAN BRUNO

 6 de Octubre

Hoy es San Bruno, nacido en Colonia, Alemania el 1030, de la gloriosa estirpe de los Ubior.Recibió una elevada enseñanza en las mejores universidades y le llamaban "Bruno el sabio."  Se ordenó sacerdote. Fue canónigo, canciller de la diócesis de Reims, catedrático, y director de la prestigiosa Escuela Catedralicia. Entre sus alumnos destaca el que sería más tarde el Papa Urbano II.

Durante la misa exequial de un reputado profesor de la Universidad de París, el cadáver se incorporó y dijo: "He sido juzgado, he sido condenado." Ante tal acontecimiento, San Bruno decidió dejarlo todo y retirarse a la soledad para llevar una vida de oración y penitencia. Hizo un primer intento en la Orden del Císter, pero se sintió llamado a fundar una orden mitad cenobita mitad eremita.
Otro antiguo alumno de San Bruno, San Hugo, siendo obispo de Grenoble, tuvo una visión por la que en el terreno de La Cartuja vio descender del Cielo siete estrellas y unos ángeles que llevaban un templo en las manos. Poco después se presentó ante él, San Bruno con seis compañeros, solicitando permiso para establecerse en aquel terreno, por lo que San Hugo entendió que aquello venía de la divina providencia, de modo que facilitó el establecimiento de la fundación, que comenzó el día de la Natividad de San Juan Bautista (el 24 de junio) de 1084 y tomaría el nombre de aquel territorio, y por eso se llamó Orden de la Cartuja  en la que San Bruno estableció una regla muy rigurosa de grandes penitencias (silencio perpetuo,  abstinencia permanente de carne, ayunos, flagelaciones, cilicios, etc.) En esa Orden (que todavía existe) se combina la soledad de la celda con algunos rezos en comunidad.
Con frecuencia San Bruno exclamaba "¡Oh bondad de Dios!"
El Papa Urbano II le pidió que abandonara temporalmente su soledad para  ayudarle en la prosecución de la reforma gregoriana y también  le ofreció el arzobispado de Reggio Calabria, aunque San Bruno no aceptó ser obispo.
Vuelto de nuevo a su vida monástica, fundó un segundo monasterio en Calabria.
Escribió varios textos como unos Comentarios a los Salmos y unos Comentarios a las Cartas de San Pablo. Se conservan también dos cartas suyas, así como la profesión de fe que redactó poco antes de su muerte, que acaeció el 6 de octubre de 1101.

Así fue como sucedió la conversión de San Bruno.

"Por el justo juicio de Dios he sido condenado"

Palabras del cadáver que milagrosamente se incorporó, lo que indujo a San Bruno a su cambio de vida.

La Universidad de París lloraba la muerte de uno de sus más insignes profesores, Raymond Diocres, en el Año de Nuestro Señor de 1082. Si la Sorbona era ya una potencia en la Cristiandad, llamada a mediar en incontables disputas entre el Papado y los reyes y escuchada siempre con reverencia, Diocres era entonces su luminaria más admirada, consultado por estudiosos, príncipes y prelados, y dejando a su muerte fama no solo de sabiduría y erudición, sino de práctica de las virtudes en su máximo grado. Se decía entonces en París que, si un hombre había vivido una larga vida sin cometer un solo pecado mortal, ese era el maestro Raymond Diocres.

Naturalmente, si en vida había sido universalmente celebrado, su muerte conmocionó a la Cristiandad culta y sus exequias convocaron en la luego llamada ‘Capilla Negra’ junto a Notre Dame a lo más granado de la sociedad parisina junto a buena parte de sus alumnos. Y entre estos alumnos estaba el futuro San Bruno, con cuatro de sus hermanos de religión.

Como era costumbre, el cuerpo se depositó en el centro sobre una tarima, cubierto solo por una sábana blanca, alrededor de la cual se apiñaban los deudos. Empieza el Oficio de Difuntos y, conforme al ritual, el sacerdote oficiante se dirige al difunto con esta pregunta: “Respóndeme: ¿Cuán grandes y numerosas son tus iniquidades?”. La invocación es, por supuesto, retórica, y no se espera que el muerto responda. Pero eso es exactamente lo que sucedió. Clara y audible para todos los presentes salió de debajo del velo la voz de Diocres: “Iusto Dei iudicio accusatus sum”, “por el justo juicio de Dios he sido acusado”. Pasado el primer susto, corren los más cercanos a levantar el velo y examinar al muerto, pensando en una muerte aparente. Pero no: el cadáver seguía frío y sin latido.

La conmoción entre los presentes es fácilmente imaginable, y el revuelo obligó a suspender por aquel día la ceremonia, mientras los prelados estudiaban qué camino seguir. ¿Qué significaba aquel prodigio? ¿Podría seguirse adelante con unas exequias, visto que el propio difunto parecía sugerir que estaba en el infierno? Los más doctos, sin embargo, no veían problema en seguir adelante. Todos, argumentaban, seremos algún día acusados de nuestras faltas, de las que ningún mortal carece, en el Juicio Personal tras la muerte. Había que seguir.

Así que se reanudó el oficio con el muerto de cuerpo presente. Pero la noticia del prodigio había corrido como la pólvora por la ciudad, y ahora era una multitud la que se agolpaba en la capilla para asistir a las exequias interrumpidas.

Con voz temblorosa, el oficiante repite la pregunta fatídica: “¿Cuán grandes y numerosas son tus iniquidades?”. Esta vez, el muerto se yergue y pronuncia con voz clara y fuerte: “Iusto Dei iudicio iudicatus sum”, “por el justo juicio de Dios he sido juzgado”, y vuelve a su postura yacente.

Varios médicos, alertados, acuden rápidamente a examinar el cuerpo mientras el revuelo crece más aún que antes. Certifican que Diocres está definitivamente muerto, y los prelados vuelven a conferenciar. Pero la conclusión es la misma: Todos habremos de ser juzgados en el último día. Hay que continuar con el rito.

Esta vez la ciudad entera está pendiente del rito. Con apenas un hilo de voz, vuelve a preguntar el sacerdote: “¿Cuán grandes y numerosas son tus iniquidades?”. Por última vez, el gran doctor Diocres se incorpora y con voz estremecedora exclama: “Iusto Dei iudicio condamnatus sum!”, “por el justo juicio de Dios he sido condenado”, y cae ya definitivamente inmóvil.

Por Carlos Esteban | 06 octubre, 2021

Por orden del Obispo y del Capítulo, previa sesión, se despojó al cadáver de las insignias de sus dignidades, y fue arrojado al muladar de Montfaucon. La experiencia convenció a Bruno, que frisaba entonces los 45 años, para abandonar el mundo definitivamente y marchar con sus compañeros a buscar en la soledad de la Gran Cartuja, cerca de Grenoble.

SAN FRANCISCO DE ASÍS

4 de Octubre

San Francisco de Asís, cuyo nombre de nacimiento fue Giovanni di Pietro di Bernardone, es uno de los santos más queridos y venerados en la historia de la Iglesia Católica. Su vida y legado están marcados por una profunda santidad, un espíritu apostólico inquebrantable y un compromiso excepcional con los valores de la humildad, la pobreza, la fraternidad y la entrega a Dios.

San Francisco de Asís renunció al mundo para imitar a Cristo crucificado.

Francisco nació en Asís, Italia, alrededor de 1181 o 1182, en una familia acomodada. A lo largo de su juventud, disfrutó de una vida despreocupada y mundana, pero su encuentro con la fe cristiana y su devoción a Cristo cambiaron radicalmente su camino. Renunció a la riqueza y los lujos de su familia para vivir en la pobreza, adoptando una vida austera y simple que se convertiría en el pilar de su espiritualidad.

        San Francisco dispuso que los frailes fueran de dos en dos a predicar.

La vocación de Francisco se cristalizó en 1208, cuando recibió una revelación divina que lo impulsó a fundar la Orden Franciscana, conocida como los Frailes Menores. Su principal objetivo era predicar la fe católica y vivir de acuerdo con los principios evangélicos de la humildad, la compasión y el amor hacia todas las criaturas. Esta orden se caracterizaba por su estilo de vida mendicante, dependiendo completamente de la caridad y la limosna para su subsistencia.

San Francisco de Asís renunció al mundo material para imitar a Cristo crucificado en su pobreza y sacrificio. Además de su labor evangelizadora, llevó una vida de intensa oración, ayuno y penitencia. Sus éxtasis místicos y la recepción de los estigmas en 1224, que eran las heridas de los clavos y la lanza de la Pasión de Cristo, son testimonios de su profunda unión con Dios y su amor por el sufrimiento redentor.

                             Un serafín da los estigmas a San Francisco.

A lo largo de su vida, Francisco de Asís mostró un amor desinteresado por la creación y todas las criaturas, llamando a los animales y la naturaleza sus "hermanos" y "hermanas". Su "Cántico de las criaturas" refleja su profundo respeto por la creación de Dios y su deseo de alabar al Creador a través de ella.

San Francisco falleció el 3 de octubre de 1226, a la edad de 44 años, en la Porciúncula, una pequeña iglesia cerca de Asís. A lo largo de su vida, dejó escritos inspiradores que aún hoy son fuentes de edificación espiritual, como su "Regla de Vida" y sus cartas. Su legado perdura en la Orden Franciscana y en la admiración de millones de personas en todo el mundo que encuentran en su vida y enseñanzas un ejemplo de santidad, humildad y amor incondicional a Dios y a sus semejantes. San Francisco de Asís es, sin duda, uno de los santos más queridos y venerados de la Iglesia Católica, y su espíritu apostólico continúa inspirando a las generaciones venideras.