Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

jueves, 12 de septiembre de 2024

SAN JUAN CRISOSTOMO: El Padre de la Iglesia y Su Lucha por la Espiritualidad y la Verdad

13 de Septiembre

 San Juan Crisóstomo, el ilustre Padre de la Iglesia

San Juan Crisóstomo es una figura fascinante por su vida marcada por la devoción, las luchas contra la injusticia y las tensiones políticas. Aquí te comparto algunos detalles clave de su historia, complementados con anécdotas que muestran su carácter y legado.

Juventud y formación

Nacido en el año 347 en Antioquía, San Juan Crisóstomo creció en una familia acomodada, lo que le permitió recibir una excelente educación. Su madre, Antusa, una mujer devota, lo crio como cristiano después de la muerte temprana de su padre. Desde joven, mostró un gran interés por la filosofía y la retórica, estudiando con el famoso orador Libanio, quien lo consideró su mejor alumno. De hecho, se dice que Libanio, al final de su vida, lamentó que Juan hubiera escogido el camino del cristianismo, afirmando: "Hubiera sido mi sucesor si los cristianos no se lo hubieran llevado."

A pesar de su formación clásica, Juan sintió un fuerte llamado hacia la vida ascética. A los 28 años, se retiró a vivir como ermitaño en las montañas cerca de Antioquía. Durante este periodo, llevó una vida de austeridad extrema, practicando severos ayunos y oraciones. Sin embargo, su salud se deterioró debido a las privaciones, y se vio obligado a regresar a la ciudad. Este tiempo en el desierto dejó una marca profunda en su espiritualidad, lo que más tarde influiría en su predicación.

De diácono a sacerdote en Antioquía

Tras su regreso a Antioquía, fue ordenado diácono a los 34 años y sacerdote a los 39. Aquí comenzó su carrera como predicador, ganando rápidamente fama por su elocuencia y profundidad espiritual. Sus sermones, que abordaban temas tanto teológicos como sociales, atraían multitudes. En una ocasión, durante la crisis de los disturbios de los impuestos en Antioquía (387), cuando la población destruyó estatuas del emperador en protesta por los impuestos elevados, Juan fue un mediador clave entre el pueblo y las autoridades imperiales. Pronunció una serie de sermones conocidos como las Homilías sobre las estatuas, en los que instó a la calma y al arrepentimiento, logrando suavizar la ira del emperador.

Un detalle notable de este periodo fue su estilo de vida austero. Aunque era un sacerdote de alto rango en una ciudad próspera, se negó a vivir rodeado de lujos y prefería destinar los recursos de la Iglesia a obras de caridad. En una anécdota famosa, cuando los dignatarios de Antioquía quisieron ofrecerle regalos costosos en agradecimiento por sus sermones, Crisóstomo los rechazó, diciendo: "Mi riqueza está en los pobres; en ellos invierto, no en placeres inútiles."

Patriarca de Constantinopla

En el año 398, Juan fue nombrado patriarca de Constantinopla, una de las sedes más importantes del cristianismo. Su nombramiento fue sorpresivo, pues no formaba parte de los círculos cortesanos. Este nuevo cargo lo colocó en una posición de gran poder, pero también en el centro de las intrigas políticas. Como obispo, Juan implementó reformas estrictas, combatiendo la corrupción en el clero y promoviendo una vida de mayor humildad. Se enfrentó con fuerza a los lujos y excesos de la corte imperial y del propio clero, lo que lo convirtió en un enemigo de muchos.

Una de las historias más reveladoras de su estancia en Constantinopla es la tensión con la emperatriz Eudoxia. Juan no dudaba en denunciar las injusticias y excesos de la corte imperial, y en una homilía criticó abiertamente el estilo de vida ostentoso de la emperatriz. Se cuenta que, tras el erigir la emperatriz una estatua de plata cerca de la iglesia, Juan la criticó enérgicamente en uno de sus sermones, diciendo: "Otra vez Herodías se agita, otra vez está furiosa, otra vez pide en una bandeja la cabeza de Juan." Esta comparación con Herodías, la asesina de Juan el Bautista, enfureció a Eudoxia, quien comenzó a tramar su caída.

Primer destierro y retorno

La presión de Eudoxia y los enemigos que Juan se había ganado dentro del clero, como el patriarca Teófilo de Alejandría, llevaron a su destitución en el Sínodo de la Encina en el año 403. Fue exiliado brevemente, pero el pueblo de Constantinopla, enfurecido por su partida, provocó disturbios. Temiendo una revuelta, el emperador Arcadio permitió que Juan regresara a su sede episcopal poco después. Sin embargo, las tensiones no se calmaron. La relación entre Juan y la emperatriz siguió siendo hostil, y en el año 404 fue nuevamente desterrado, esta vez de manera definitiva.

El segundo exilio y muerte

El segundo exilio de Juan lo llevó a una región remota cerca del Cáucaso. A pesar de estar alejado de su comunidad, Juan mantuvo una intensa actividad epistolar, escribiendo cartas que contenían exhortaciones espirituales y consuelo a sus seguidores. Su salud, ya frágil, se deterioró rápidamente debido al frío, las malas condiciones y las largas caminatas a las que fue sometido por sus captores. Durante este tiempo, se dice que nunca perdió su fe, y que incluso en medio del sufrimiento, sus palabras reflejaban su profunda confianza en Dios.

Una de las anécdotas más conmovedoras de sus últimos días es su actitud estoica frente a la muerte. Mientras era trasladado a Comana, cerca del Cáucaso, completamente debilitado y enfermo, sus últimas palabras fueron: "¡Gloria a Dios por todo!", una expresión final de su gratitud y entrega total a la voluntad divina.

San Juan Crisóstomo murió el 14 de septiembre del año 407, pero su legado ha perdurado a lo largo de los siglos. Es recordado como un Doctor de la Iglesia, un defensor de la justicia y un modelo de caridad cristiana. Su vida es una historia de lucha incansable por la verdad y la santidad, enfrentando con valentía las adversidades y demostrando un amor profundo por los pobres y necesitados.

 

miércoles, 11 de septiembre de 2024

NUESTRA SEÑORA DE LLUC

 12 de Septiembre

Hoy es la Fiesta de Ntra. Sra. de Lluc. Al poco tiempo de que en la gloriosa Reconquista, entre 1229 y 1232,  el devoto Rey Jaime I de Aragón  devolviera a Mallorca la libertad, después de los terribles años de invasión musulmana que habían causado enorme sufrimiento a los cristianos, se manifestó la Virgen en Lluc.

Se encontraba un pastor por aquellas tierras, cuando junto al torrente que pasa por Lluc,  un sábado por la tarde observó una luminosidad extraña y escuchó una música celestial. Entonces avisó a un cisterciense que atendía Escorca y fueron juntos al lugar de esos sucesos extraños y encontraron una imagen de la Virgen, por lo que se decidió construir una capilla (donde actualmente se ubica el monumental santuario), cuya existencia consta en 1269 y que se convirtió en centro de peregrinaje. 


La Virgen de Lluch es mucho más que una figura religiosa para los mallorquines; es el alma espiritual que une a la isla desde 1269, cuando su imagen fue hallada en las montañas de Lluc, en plena Sierra de Tramontana. Desde entonces, su manto protector ha abrazado a generaciones enteras, consolidándose como un símbolo de esperanza, identidad y fe. Su santuario, enclavado en la naturaleza majestuosa de Mallorca, es el refugio al que acuden los peregrinos en busca de consuelo, dirección y milagros en los momentos de mayor incertidumbre.

A lo largo de los siglos, la Virgen de Lluch ha sido testigo de la evolución de la isla, de sus momentos de alegría y sus tragedias, convirtiéndose en un faro que ilumina el camino de quienes la veneran. Su poder aglutinador trasciende las barreras religiosas, aglutinando a toda una comunidad en torno a sus valores compartidos de solidaridad, resistencia y fe inquebrantable.

En cada rincón de la isla, su nombre evoca memorias de plegarias fervorosas y promesas cumplidas, forjando una conexión espiritual que sigue vigente hasta el día de hoy. Para los mallorquines, la Virgen de Lluch es no solo la patrona de su isla, sino la fuerza maternal que sigue siendo invocada para encontrar auxilio en tiempos de crisis y reafirmar la identidad que define a toda una cultura.



miércoles, 14 de agosto de 2024

LA ASUNCIÓN DE MARÍA Madre de Dios y Madre nuestra

    La Asunción de María, celebrada cada 15 de agosto, es una de las festividades más importantes del calendario litúrgico cristiano, especialmente en la tradición católica.  Si bien día 14, en el Monasterio de la Purísima Concepción, siguiendo la tradición cristiana, en procesión claustral hemos acompañado a la Virgen durmiente... Este acontecimiento místico se fundamenta en la creencia de que María, la Madre de Jesús, fue asunta al cielo en cuerpo y alma al final de su vida terrenal. La festividad no solo honra a la Virgen María, sino que también profundiza en su papel singular en la historia de la salvación y en la vida espiritual de los fieles.


Procesión claustral en el Monasterio de la Purísima Concepción

1. El Dogma de la Asunción de la Virgen

El dogma de la Asunción de María es una enseñanza fundamental de la Iglesia Católica que afirma que María, al concluir su vida terrenal, fue llevada en cuerpo y alma al cielo. Este dogma se basa en la profunda veneración que la Iglesia siempre ha tenido hacia la Madre de Dios y en la convicción de que, por su inmaculada concepción y su papel singular en la encarnación de Cristo, María debía ser preservada de la corrupción física. La Asunción es vista como una anticipación de la resurrección final de todos los cristianos, quienes, al igual que María, serán elevados a la gloria celestial.

2. Declaración del Dogma

El 1 de noviembre de 1950, el Papa Pío XII declaró solemnemente el dogma de la Asunción de María a través de la constitución apostólica Munificentissimus Deus. En este documento, el Papa afirmó que la Asunción de la Virgen era una verdad revelada por Dios, que ha sido creída por la Iglesia desde los primeros siglos del cristianismo. La declaración del dogma fue un acto de confirmación y profundización de la fe, reflejando una creencia que había sido venerada por los cristianos a lo largo de la historia. Este pronunciamiento también subrayó la dignidad única de María y su especial participación en la obra redentora de Cristo.

3. Importancia de la Asunción de la Virgen

La Asunción de María es significativa por varias razones teológicas y espirituales. En primer lugar, es un signo de esperanza para todos los cristianos, ya que prefigura la resurrección y glorificación de los cuerpos en el fin de los tiempos. Además, la Asunción destaca la pureza y santidad de María, quien es exaltada por encima de todos los santos como la Reina del Cielo. Esta celebración también invita a los fieles a reflexionar sobre el destino final de la humanidad y el llamado a vivir en santidad para unirse un día a María en la gloria celestial. A nivel espiritual, la Asunción refuerza la importancia de la devoción mariana, reconociendo a María como intercesora y guía hacia Cristo.

4. ¿Dormición o Muerte de María?

La cuestión de si María murió antes de ser asunta al cielo ha sido objeto de debate teológico durante siglos. En la tradición oriental, se habla de la "Dormición" de María, que sugiere un tránsito pacífico y sin sufrimiento desde esta vida a la eternidad. La Iglesia Occidental no ha definido dogmáticamente si María murió o no, dejando espacio para ambas interpretaciones. Sin embargo, lo esencial del dogma es que María fue llevada en cuerpo y alma al cielo, independientemente de si experimentó la muerte física. Esta ambigüedad resalta el misterio de la Asunción y la trascendencia del acontecimiento.

Postura Filial ante el Acontecimiento Sobrenatural

Ante el misterio de la Asunción, los fieles están llamados a adoptar una postura de humildad, fe y devoción. Este acontecimiento nos invita a reconocer a María no solo como la Madre de Cristo, sino también como nuestra madre espiritual, que nos ofrece la gracia santificante que es Cristo. En María, vemos el ejemplo perfecto de la vida cristiana y el modelo a seguir en nuestro propio camino hacia la santidad. Al celebrar la Asunción, debemos renovar nuestra confianza en la intercesión de María y nuestra esperanza en la vida eterna, recordando que, al igual que Cristo recibió su cuerpo de María, nosotros recibimos de ella la gracia que nos conduce a la salvación. La Asunción, entonces, se convierte en un momento de profunda unión con la Madre de Dios, quien nos guía hacia su Hijo en el cielo.

 

 

lunes, 15 de julio de 2024

LA VIRGEN DEL CARMEN "Bajo el Manto de Nuestra Señora del Carmen: Un Refugio de Amor, Esperanza y Fe"

Hoy, 16 de julio, celebramos con profundo fervor y amor filial a Nuestra Señora del Carmen. Su nombre evoca un misterio antiguo cargado de esperanza, fe y amor divino. Esta advocación se remonta al sagrado Monte Carmelo, un lugar santificado por la presencia del profeta Elías, como se narra en el Primer Libro de los Reyes de la Biblia. En este monte, hombres ansiosos de una vida contemplativa hallaron refugio y consuelo en la oración y la meditación.


En el siglo XII, después de la liberación del Monte Carmelo durante las Cruzadas, nació la Orden del Carmen. Sin embargo, fue en 1251, en Inglaterra, cuando la Virgen del Carmen se apareció a San Simón Stock, prior general de los Carmelitas. En esta celestial visita, la Virgen entregó a San Simón el santo escapulario con una promesa llena de esperanza: "Quien muera con este hábito estará libre del fuego eterno". Esta promesa no solo ofrecía protección, sino una conexión íntima y maternal con María.

La historia de devoción a la Virgen del Carmen se enriqueció aún más en 1317, cuando se apareció al Papa Juan XXII, concediéndole el Privilegio Sabatino. Este privilegio asegura que aquellos que lleven el escapulario con devoción, mantengan la castidad según su estado y recen diariamente el Oficio Parvo (o en su lugar, el Rosario u otras oraciones marianas recomendadas por los sacerdotes), serán liberados del Purgatorio el sábado siguiente a su muerte.

A lo largo de los siglos, innumerables santos han abrazado el uso del escapulario de la Virgen del Carmen, entre ellos San Alfonso María de Ligorio, San Luis María Grignion de Montfort, San Antonio María Claret y San Josemaría Escrivá. Para estos santos, el escapulario es más que un símbolo; es una prenda sagrada que nos une profundamente a la Virgen María, infundiéndonos esperanza y confianza en su intercesión maternal.

En este día consagrado a Nuestra Señora del Carmen, se nos invita a adentrarnos en el misterio de su amorosa presencia y a depositar en ella nuestra esperanza, fe y amor. Que la Virgen del Carmen nos envuelva en su manto celestial, guiándonos con su amor maternal hacia la paz eterna y la comunión con Dios

Dídac Polo

 

jueves, 11 de julio de 2024

FIESTA DE SAN BENITO, PATRONO DE EUROPA: Nos enseña a proceda con prudencia y no ser extremosos en nada.

   El 11 de julio se celebra la Fiesta de San Benito, patrono de Europa, cuya vida y legado dejaron una profunda huella en la historia del continente. La obra "Diálogos" de San Gregorio Magno es un valioso recurso para comprender su vida y contribución.


San Benito nació alrededor del año 480 en Nursia, Umbría, posiblemente el 2 de marzo. Proveniente de una familia noble, renunció a las riquezas y comodidades del mundo para abrazar una vida eremítica. Se retiró a una cueva de difícil acceso, donde vivía en completa soledad y se dedicaba a la oración y la penitencia. Su alimento le era suministrado en un cesto atado a una cuerda, lo cual requería que bajara a recogerlo cuando escuchaba el sonido.

Pronto, San Benito comenzó a atraer discípulos, entre ellos Plácido y Mauro. Juntos, abandonaron la vida eremítica y fundaron monasterios, siendo el más famoso de ellos el célebre Montecasino. En este lugar, San Benito escribió la Regla, una guía espiritual y de disciplina monástica que sería seguida por millones de monjes en todo el mundo. Esta Regla, difundida ampliamente, le otorgó el título de patriarca del monaquismo occidental. Fundó numerosos monasterios y centros de formación que se convirtieron en focos de cultura y fe en tiempos de crisis.

La influencia de San Benito en la transmisión de la cultura durante la Edad Media fue indiscutible. Actualmente, se estima que más de 1500 monasterios en los cinco continentes siguen la Regla de San Benito. Esto lo convierte en el verdadero padre del monaquismo occidental y destaca su papel crucial en la evolución de la historia europea.

Una de las máximas más conocidas de la Regla de San Benito era "Ora et labora" (reza y trabaja), que enfatizaba la combinación equilibrada de la oración y el trabajo en la vida monástica. Los monjes debían dedicar tiempo tanto a la comunión con Dios como al trabajo necesario para su sustento y desarrollo espiritual.

San Benito confiaba profundamente en la oración y solía decir: "Acudo constantemente a la oración como al gran manantial inagotable de las gracias, y nunca he acudido inútilmente". A lo largo de su vida, enfrentó las tentaciones y agresiones del demonio, pero también recibió grandes dones y realizó milagros notables.

San Benito era conocido por su rigor espiritual y su estilo de vida ascético. Se levantaba a las dos de la madrugada para rezar los salmos y pasaba horas dedicado a la oración y la meditación. También realizaba trabajo manual, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, y consideraba el trabajo como algo honroso. Su dieta era vegetariana y practicaba el ayuno diario, sin comer nada hasta la tarde. Además, brindaba dirección espiritual a muchos y predicaba en los pueblos, destacando por su trato amable hacia todos.

Uno de los milagros más conocidos de San Benito ocurrió durante la construcción de Montecasino. Un niño oblato que trabajaba como ayudante de los albañiles falleció trágicamente al caerle una pared encima. Mediante la intervención de San Benito, el niño fue resucitado por el poder de Dios.

San Benito también enfatizaba la importancia de la conversión y la dedicación a la vida espiritual. Solía exhortar: ,

San Benito predijo el día de su propia muerte, que ocurrió el 21 de marzo del año 547, a la edad de 67 años, pocos días después de la muerte de su hermana, Santa Escolástica. Desde finales del siglo VIII, muchos lugares comenzaron a celebrar su fiesta el 11 de julio en honor a su legado y santidad.

 
Además de su influencia espiritual, San Benito es conocido por la Medalla de San Benito, un sacramental reconocido por la Iglesia con poder de exorcismo. Esta medalla posee su propio significado y protección, pero su poder radica en la intercesión de Cristo y la disposición fervorosa de quienes la llevan.

En resumen, San Benito fue un santo cuya vida de oración, trabajo y enseñanzas dejaron una profunda influencia en la historia de Europa. Su Regla monástica sigue siendo seguida por numerosos monjes en todo el mundo, y su legado perdura como un faro espiritual y cultural en tiempos de dificultades.

Frases de San Benito:
1) “El primer grado de humildad es una obediencia sin demora”. 2) “Los somnolientos gustan de poner excusas”. 3) “Proceda con prudencia y no sea extremoso en nada, no sea que, por querer raer demasiado la herrumbre, rompa la vasija”. 4)
“Dense prisa mientras tienen aún la luz de la vida, antes que les sorprendan las tinieblas de la muerte”...

Dídac Polo

 

 

jueves, 20 de junio de 2024

SAN LUIS GONZAGA Ejemplo de Fe y Sacrificio, Patrono de la Juventud.

21 de junio, San Luis Gonzaga.


San Luis Gonzaga nació el 9 de marzo de 1568 en el castillo de Castiglione delle Stiviere, en la región de Lombardía, Italia. Fue el primogénito del Marqués de Castiglione, Ferrante Gonzaga, y de Marta Tana de Santena, siendo el mayor de siete hermanos.

Desde una edad temprana, Luis mostró una inclinación hacia la espiritualidad y la piedad cristiana. A los cinco años, acompañó a su padre a Castelmagiore, donde se preparaban soldados para una campaña militar en Túnez. Tras la partida de su padre a África, Luis regresó a Castiglione, donde fue criado por su madre en un ambiente de profunda fe cristiana.

En 1576, cuando la peste asolaba Italia, Luis y su hermano fueron trasladados a Florencia para su seguridad, y posteriormente a la corte ducal de Mantua. Su salud era delicada, sufriendo de una dolencia hepática que le obligaba a seguir dietas estrictas, las cuales ofrecía como actos de mortificación.

Durante su estancia en Mantua, a la edad de doce años, recibió su primera comunión de manos de San Carlos Borromeo, un evento que marcó profundamente su vida espiritual. Más tarde, se trasladó a Madrid con su padre, donde formaron parte del séquito de la ex emperatriz María de Habsburgo, hija de Carlos I y viuda de Maximiliano II. Durante este periodo, la lectura del "Libro de la Oración y Meditación" de Fray Luis de Granada profundizó aún más su vida de oración.

A pesar de la oposición de su padre, Luis renunció a sus derechos de primogenitura a los quince años a favor de su hermano Rodolfo y se unió a la Compañía de Jesús en Roma. Allí estudió filosofía y teología, y tuvo como director espiritual al eminente cardenal San Roberto Belarmino, quien sería una influencia crucial en su formación espiritual y académica.

En un acto de reconciliación familiar, Luis regresó temporalmente a Castiglione para mediar en un conflicto entre su hermano Rodolfo y el Duque de Mantua. Sin embargo, su vocación de servicio lo llevó de vuelta a Roma, donde la peste había causado estragos durante casi tres décadas. Luis se dedicó a cuidar a los enfermos en diversos hospitales, y fue durante este servicio que contrajo la enfermedad.

San Luis Gonzaga falleció el 21 de junio de 1591 a la temprana edad de veintitrés años, víctima de la peste. Su vida fue un testimonio de sacrificio, devoción y entrega a los demás, atributos que lo convirtieron en el patrón de la juventud. Su canonización en 1726 y su declaración como patrono de los estudiantes en 1926 refuerzan su legado como un modelo de virtud y santidad para las generaciones jóvenes.

San Luis Gonzaga es recordado no solo por su profunda espiritualidad y su dedicación a la educación, sino también por su compasión hacia los enfermos y los necesitados, ejemplificando el ideal cristiano de amor y servicio al prójimo.

 

 

martes, 28 de mayo de 2024

SAN EMILIO martir (Una figura inspiradora que personifica la valentía, la humanidad y la fe inquebrantable.).

San Emilio vivió en una época en la que los cristianos sufrían una terrible persecución bajo el reinado de un rey arriano. Junto con sus amigos y amigas, San Emilio enfrentó este horror con valentía.

El motivo de su martirio fue su firme defensa de la fe en la Santísima Trinidad. El rey arriano centró su persecución, especialmente en las mujeres de la alta nobleza. Las humillaba públicamente, desnudándolas en la plaza y torturándolas lentamente hasta la muerte. Cuanto más bellas eran, como Dionisia, más cruel era el castigo.

En África, había un médico llamado Emilio (también conocido como Emelio o Emiliano), cuñado de una de estas mujeres, Dativa. Al ver las atrocidades cometidas, Emilio no pudo permanecer en silencio. Con voz fuerte y clara, denunció la inhumanidad de los jueces. En respuesta a su valentía, y sin permitirle siquiera curar a las mujeres moribundas, el juez lo condenó a muerte por ser cristiano.

En la Edad Media, San Emilio fue especialmente venerado en Nápoles, donde llevaron sus reliquias desde África. En el siglo XIV, los farmacéuticos lo eligieron como su patrono y construyeron un templo en su honor.

¿Dónde ocurrieron estos hechos? Algunos murieron en Vite de Bizacene (actualmente Túnez) en el año 484. El 25 de febrero de ese año, el rey de los Vándalos emitió un decreto ordenando la muerte de todos los cristianos que no se convirtieran al arrianismo. Algunos católicos apostataron por miedo, otros se escondieron hasta que el tirano desapareció. Pero otros, como San Emilio y sus compañeros, defendieron su fe hasta el martirio.