Los Santos son los protagonistas de la Historia.

El Nombre que nos imponen cuando nos Bautizan, nos hace únicos, y es el que como hijos de Dios determina nuestra misión en la vida para proclamar la Buena Nueva.

miércoles, 30 de agosto de 2023

SAN RAMÓN NONATO A pesar de la crueldad, su espíritu indomable no pudo ser silenciado.

Cada 31 de agosto la Iglesia celebra a San Ramón Nonato, religioso de la Orden de la Merced, nacido en 1204, en Portell, pueblo de la antigua Corona de Aragón (España).

 
El apelativo "Nonato", término que proviene del latín "nonnatus" (no nacido), le fue dado por la manera en que Ramón llegó a este mundo: fue extraído, mediante cesárea, del útero de su madre cuando ella estaba ya muerta. En virtud de aquel singular hecho, la tradición le ha conferido el título de patrón de las embarazadas, parturientas, parteras y recién nacidos.

San Ramón Nonato, miembro ejemplar de la Orden de la Merced, destaca por su valiente labor como rescatador de cautivos y como mensajero ferviente del Señor, brindando consuelo a aquellos que, al igual que él, sufrieron el yugo de la cautividad. Su devoción inquebrantable a Cristo lo llevó a enfrentar innumerables pruebas y adversidades.

Su dedicación al rescate de cautivos demostró su compasión y determinación inquebrantable por liberar a los oprimidos de las cadenas de la esclavitud. Como anunciador del Señor, llevó la luz de la esperanza a los corazones afligidos, compartiendo la palabra de Dios con amor y pasión.

Sin embargo, su fervor no estuvo exento de sufrimiento. San Ramón Nonato sufrió azotes y soportó tormentos en nombre de su fe, recordándonos la profundidad de su compromiso. Con su testimonio, suscitó muchas conversiones, incluso entre los no cristianos, por lo que sus carceleros en un acto de brutalidad, perforaron sus labios y fueron sellados con un candado para silenciar su voz que proclamaba la gloria de Cristo. A pesar de esta crueldad, su espíritu indomable no pudo ser silenciado, y su ejemplo inspirador perdura a lo largo de los siglos.

Fueron ocho largos meses los que San Ramón tuvo que pasar en esta situación, hasta que Pedro Nolasco pudo enviar a otros miembros de la Orden a rescatarlo.

San Ramón Nonato, de regreso a España, fue nombrado cardenal por el Papa Gregorio IX. El santo asumió su cargo con sencillez y continuó viviendo con el mismo espíritu evangelizador que siempre había tenido. Aunque era un príncipe de la Iglesia, vestía con sencillez y nunca abandonó su pobre celda del convento de Barcelona.

En calidad de cardenal fue convocado a Roma por el Papa. Ramón emprendió el viaje pero al llegar a Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, le sorprendió una violenta fiebre que le quitó la vida. El buen "nonato" partió a la Casa del Padre el 31 de agosto de 1240, con solo 36 años. Ese día nació para la vida eterna.

La vida de San Ramón Nonato es un testimonio conmovedor de la fuerza interior que puede surgir de la fe y el amor a Dios. Su valiente sacrificio y su dedicación a la liberación espiritual y física de los cautivos continúan inspirando a generaciones posteriores a seguir el camino de la compasión, la perseverancia y la devoción inquebrantable.



SANTA JUANA JUGAN

 30 de Agosto

Juana Jugan fue la fundadora de las Hermanitas de los Pobres


La humildad fue la corona de Juana Jugan. Demostró una gran humildad al identificarse con los desamparados, asumiendo sus cargas y saliendo a mendigar en su lugar. Y fue heroica al permitir que la dejaran de lado y la olvidaran. Se decía de Juana que la humildad era la esencia de su ser. Era el secreto de su santidad.


Historia de Juana Jugan (vídeo y texto)

Santa Juana Jugan, fundadora de las Hermanitas de los Pobres.
Nació el 25 de octubre de 1792 en Cancale, Norte de Bretaña, Francia, y fue bautizada el mismo día de su nacimiento.
La infancia de nuestra santa coincidió con los terribles años de la infame revolución francesa, en la que, entre otras tropelías, asesinaron a muchos sacerdotes y religiosos, y los católicos fieles sólo podían celebrar misa a escondidas en casas particulares.

El padre de Sta. Juana, que era pescador, desapareció en alta mar cuando Juana tenía cuatro años, lo que abocó a la familia a una situación de penuria económica.
A sus quince años entró a servir en la casa de la vizcondesa de la Choué, y conoció un pretendiente, pero el santo matrimonio no eran los planes de Dios para ella.
A sus veinticuatro años, gracias a una misión popular, descubrió la vocación del servicio a los pobres y se desprendió de sus escasos bienes, y se puso a servir en el Hospital de Saint Serván que atendían las Hijas de la Sabiduría.

Al año siguiente, al asistir a otra misión popular, decidió entrar en un grupo mariano, y después entró en la Sociedad del Corazón de la Madre Admirable fundada por San Juan Eudes, que era una Tercera Orden Regular. Una señora perteneciente a esa Orden, María Lecoq, le dio empleo, pero debido a su precario estado de salud, le encomendó tareas muy sencillas, y en el testamento dejó dinero para su  sirviente.
 
Tras la muerte de la señora, Sta. Juana, a sus cuarenta y siete años, dedicó la modesta herencia a alquilar la Buhardilla para atender ancianos, y se le unieron a ella Francisca Aubert y Virginia Tredandel. Para la primera anciana asilada, Sta. Juana cedió su propia cama.
Poco a poco se les fueron uniendo otras jóvenes a esta obra de caridad, y en 1840, el Padre Le Pailleur les ayudó a redactar una sencilla regla constituyendo una Asociación de Caridad.
 


Al año siguiente se trasladaron a una casa más grande en la calle de La Fuente.

En cierta ocasión recibieron la visita de un hermano de San Juan de Dios que estaba pordioseando, el hermano Claudio Gaudet, y le inspiró a hacer lo mismo a Sta. Juana, y desde entonces las Hermanitas de los Pobres se dedican a hacer colecta pidiendo por calles y casas.

También conoció al Padre Massot, que le ayudó a progresar en su santo proyecto.
También el obispo Brossais les dio un importante espaldarazo.
Aprovechando la generosidad de los benefactores, se trasladaron a un lugar más grande, la casa de la Cruz.

En 1844, la santa tomó el nombre de Sor María de la Cruz, y a los votos de pobreza, castidad y obediencia, sumaron un cuarto voto: el de hospitalidad.
Después vino una cascada de fundaciones: Tours, Nantes, París, Besançón, etc.
En 1856, con numerosas vocaciones, el noviciado se quedó pequeño y fundaron La Tour, un hermoso lugar que rezuma espiritualidad, y que hoy constituye el centro simbólico de la congregación.

Sor María de la Cruz murió entre el 27 y 28 de agosto de 1879 a sus ochenta y seis años. En el momento de su fallecimiento, su congregación se había expandido con un éxito apabullante, pues tenía en diversos países, 181 asilos, y más de 2400 hermanitas.



La encomiable preocupación por la asistencia material de los ancianos pobres, nunca fue mayor en Sta. Juana que su interés en su evangelización, y de hecho la santa decía: "Llamen a las puertas del Cielo por las almas."

Sta. Juana nos dejó buenas enseñanzas como su exhortación de que: "para avanzar rápido se necesita una gran renuncia de sí, ser siempre muy pequeños, y pisotear el yo."

También insistía en que aun enmedio de las tribulaciones "hay que decir siempre: bendito sea Dios."


martes, 29 de agosto de 2023

EL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA, profeta y mártir de la verdad.

 29 de Agosto 


Hoy en la Iglesia católica se celebra el martirio de San Juan Bautista

Este día, recordamos el martirio de San Juan Bautista, el profeta valiente que no temió proclamar la verdad incluso cuando su vida estaba en juego. Su historia es una lección dolorosa y poderosa sobre los efectos de la ambición, el poder y la falta de integridad en el mundo.

Juan, el llamado "Bautista", había dedicado su vida a preparar el camino para el Mesías, proclamando el arrepentimiento y el perdón de los pecados. Su valiente voz resonó en el desierto, llamando a la gente a transformar sus corazones y a enderezar sus caminos. Sin embargo, su mensaje no cayó en oídos sordos, sino en el corazón de un rey y una reina sumidos en la corrupción y el engaño.

Herodes, gobernante de la región, había caído en un enredo de deseos y placeres mundanos. Había tomado a Herodías, la esposa de su hermano, como su compañera, desafiando las leyes y normas de la moralidad. Juan Bautista, ungido con la voz de la verdad, no temió señalar este pecado y exhortar a Herodes a enderezar su camino. Pero la verdad puede ser incómoda, y Herodías, llena de ira, deseaba silenciar al profeta. (Mc 6,17-29).

La oportunidad se presentó durante un banquete ostentoso, donde Herodes mostró su vanidad ante sus invitados. La hija de Herodías realizó una danza cautivadora, y Herodes, atrapado por el momento y sus propios deseos, ofreció cumplir cualquier deseo que la joven pidiera. Influenciada por su madre, la joven solicitó que en una bandeja le diera la cabeza de Juan Bautista.

La tristeza y el conflicto se apoderaron de Herodes. Había sentido un respeto por Juan, incluso había disfrutado de sus palabras desafiantes. Pero la falta de integridad, la debilidad y el temor al juicio de sus invitados lo llevaron a tomar una decisión horrenda. Ordenó que se cumpliera la petición y que la cabeza del profeta fuera presentada en una bandeja.

Este cruel acto revela cómo la falta de principios y la búsqueda desenfrenada de placer pueden corromper incluso a aquellos que ocupan posiciones de poder. La enseñanza que emana de esta historia es clara y perturbadora: la verdad no siempre es cómoda, pero es esencial para la integridad personal y la justicia en la sociedad. San Juan Bautista nos recuerda la importancia de mantenernos firmes en nuestras convicciones, incluso si eso significa enfrentar la adversidad y el rechazo.

Hoy, en honor a la memoria de San Juan Bautista, reflexionamos sobre nuestra propia disposición para defender la verdad, incluso cuando enfrentamos la oposición o la persecución. Su martirio sigue siendo un recordatorio poderoso de que la valentía de proclamar la verdad es una virtud que trasciende el tiempo y nos inspira a vivir con integridad y coraje nuestra fe en Cristo, en un mundo que a menudo está lleno de desafíos morales e injusticias.

 

 

domingo, 27 de agosto de 2023

SAN AGUSTÍN DE HIPONA, un alma en transformación de pasiones a la Fe.

  El 28 de agosto se celebra la fiesta de San Agustín de Hipona (354-430), que vivió en pecado hasta su conversión y llegó a ser obispo, doctor y padre de la Iglesia Católica.

 
“¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y por de fuera te buscaba”, escribió el santo en "Confesiones", su obra más famosa.


Nacido en África en el año 354, en la ciudad de Thagaste, Numidia (hoy Argelia), San Agustín fue testigo de una vida marcada por un viaje espiritual singular. Surgió de una familia acomodada, donde su padre, Patricius, se convirtió al cristianismo en su lecho de muerte, mientras su madre, Santa Mónica, fervientemente oraba por la conversión de ambos.

Juventud Libertina y Búsqueda Espiritual

En su juventud, San Agustín se dejó llevar por las pasiones humanas, entregándose a una vida de libertad y hedonista en la que cometió pecados de impureza. A pesar de su educación cristiana, fue arrastrado por el maniqueísmo, una secta gnóstica y dualista que lo separó de su fe y conmovió a su madre. Sin embargo, una chispa divina latía en su interior.

El Momento de Transformación

La vida de San Agustín cambió en el verano de 386, mientras enseñaba retórica en Milán. Un llamado resonó en su corazón a través de las palabras "Tolle, lege" - "Toma y lee". Al abrir la Biblia al azar, sus ojos cayeron en Romanos 13:13-14, que le instaba a abandonar las lujurias y revestirse de Cristo. Este encuentro fue el punto de inflexión en su vida, marcando el inicio de su profunda conversión.

De Padre Libertino a Padre de la Iglesia

Agustín regresó a África, donde enfrentó la pérdida de su madre, Santa Mónica, y su hijo Adeodatus fruto de sus amoríos de juventid. Determinado, vendió sus posesiones para ayudar a los necesitados y transformó su hogar en un monasterio. En el año 391, se convirtió en sacerdote, ascendiendo rápidamente a obispo coadjutor y luego a obispo titular de Hipona, en Argelia.

Legado de Escritura y Sabiduría

San Agustín se convirtió en uno de los Padres de la Iglesia más influyentes, un doctor cuyas palabras resonaron a través del tiempo. Sus extensas y variadas obras teológicas, filosóficas y espirituales, como "Las Confesiones", "La Ciudad de Dios" y "En la Doctrina Cristiana", lo elevaron como uno de los cuatro doctores originales de la Iglesia, junto a San Gregorio Magno, San Ambrosio y San Jerónimo.

Canonización por Clamor Popular

Aunque la costumbre de la canonización papal aún no había surgido, San Agustín fue canonizado por aclamación popular. Su transformación de una vida llena de pasiones a la profunda fe en Cristo, su legado de escritos invaluables y su influencia en el pensamiento cristiano lo convirtieron en un faro de luz espiritual para las generaciones venideras. Su vida es un testimonio de que incluso los corazones más errantes pueden encontrar el camino hacia la divinidad.

San Agustín tiene una personalidad compleja y profunda: es filósofo, teólogo, místico, poeta, orador, polemista, escritor, pastor. Cualidades que se complementan entre sí y que convierten al Obispo de Hipona —en palabras de Pío XI— en un hombre “al cual casi nadie o sólo unos pocos, de cuantos han vivido desde el inicio del género humano hasta hoy, se pueden comparar”.

 

SANTA MÓNICA, patrona de las esposas, modelo de mujer y de madre.

27 de Agosto

La Iglesia celebra a Santa Mónica patrona de las esposas, modelo de mujer y de madre.

 “¡Cuántas lágrimas derramó esa santa mujer por la conversión del hijo! ¡Y cuántas mamás también hoy derraman lágrimas para que los propios hijos regresen a Cristo! ¡No perdáis la esperanza en la gracia de Dios!”, dijo el Papa Francisco durante la homilía de la misa de apertura del capítulo general de la Orden de San Agustín, el 28 de agosto de 2013. El Santo Padre aludía así a la manera particular como Santa Mónica (331-387) se ganó el Cielo.

La Iglesia rinde homenaje a Santa Mónica, una figura venerada como patrona de las esposas, un modelo ejemplar de mujer y madre que trasciende el tiempo. Su vida de fe, fortaleza, esperanza y amor maternal ha dejado una profunda huella en la historia cristiana.

Nacida en Tagaste, África del Norte, en el año 331, Santa Mónica vivió una vida de desafíos y pruebas que la llevaron a encarnar valores atemporales. A una edad temprana, contrajo matrimonio con Patricio, un hombre de temperamento volátil y mujeriego. A pesar de las dificultades, Mónica demostró una habilidad excepcional para mantener la calma y la compasión en medio de la adversidad. Su respuesta a la violencia de su esposo reveló una prudencia y astucia inspiradas en la caridad y la paciencia.

La fortaleza de Mónica se manifestó en su dedicación a su familia. A través de años de oración y sacrificio, persistió en su búsqueda de la conversión de su esposo Patricio. Su fe inquebrantable finalmente prevaleció, ya que Patricio se bautizó antes de su muerte, partiendo de este mundo como un cristiano devoto.

Sin embargo, el sufrimiento de Mónica no terminó con la conversión de su esposo. Su hijo mayor, Agustín, desafió su paciencia y esperanza. A pesar de la vida disoluta y alejada de la fe que llevaba, Mónica nunca perdió la confianza en su conversión. Su amor maternal y su determinación la impulsaron a mantenerse firme en la oración y los sacrificios por la salvación de Agustín.

Mónica vivió tiempos de desafíos y desesperanza en su relación con Agustín. Hubo tensiones e incomprensiones que pusieron a prueba su fe. A pesar de las dificultades, nunca dejó de amar y esperar con confianza en la gracia de Dios. Incluso cuando parecía que sus esfuerzos eran en vano, Mónica buscó el apoyo del obispo de la ciudad, quien aseguró que el hijo de tantas lágrimas no se perdería. Esta respuesta fortaleció su fe y paciencia, enseñándole que los tiempos de Dios son perfectos y trascienden nuestros propios horizontes temporales.

Después de años de espera y oración, el amor y la fe de Mónica finalmente dieron sus frutos. Agustín, tras un profundo viaje espiritual e intelectual, abrazó el cristianismo y recibió el bautismo en el año 387. Mónica estuvo presente en cada paso de este viaje, acompañando a su hijo desde Tagaste hasta Milán, donde Agustín finalmente abrazó la fe que su madre había sostenido con esperanza tenaz.

Santa Mónica, un faro de fe y amor, nos recuerda que la esperanza perseverante y el amor incondicional pueden traer transformación incluso en los momentos más oscuros. Su vida es un testimonio perdurable de cómo la fe y la caridad pueden impactar profundamente a las familias y a través de las generaciones.

 

sábado, 26 de agosto de 2023

SAN JUNÍPERO SERRA. Su lema era: "Siempre adelante, nunca hacia atrás."

 26 de Agosto

Hoy es San Junípero Serra, que nació en Petra, Mallorca, el 24 de noviembre de 1713, siendo bautizado con el.nombre de Miguel José. Estudió en el convento de San Bernardino. A sus 16 años bajó a Palma y entró como postulante de la Orden Franciscana  en el convento de Jesús (que dio nombre a la calle Jesús en el que estaba, y donde actualmente se ubica el hospital psiquiátrico). Tomó el nombre de Junípero, que fue uno de los compañeros de San Francisco de Asís. Estudió Teología y Filosofía en el convento de San Francisco y se doctoró en la Universidad Luliana, ganando la cátedra de Prima Teología.

Era un gran predicador que recorría la isla moviendo las almas a mayor conversión.  Se avivó en su corazón el celo de convertir a los infieles y el santo deseo del martirio.  A sus 35 años le llegó el envío para ir a misiones al Nuevo Mundo, y escribió una carta de despedida a sus padres, en la que, entre otras cosas decía:
"Bendito sea Dios, hágase su voluntad...En ganando el Cielo, todo lo demás de nada aprovecha, y perdiéndolo, de nada sirve lo demás." El 13 de abril de 1749 se embarcó con Fray Francisco Palou (que después sería su biógrafo).

De Mallorca fue a Málaga, y el capitán del barco, que era anglicano, por odio a la fe intentó matarlo con un cuchillo.
De Málaga partió a Cádiz y de allí se embarcó hacia América. Cabe decir que en estos viajes ya aprovechó evangelizando a tripulación y pasajeros.

Rumbo a América tuvieron que racionar la comida y el agua. Finalmente atracaron en Veracruz (en el actual estado de Méjico) el 7 de diciembre, de donde se dirigió a pie hasta la capital de Méjico. Durante este camino se le apareció San José, y no es éste el único prodigio de su vida.
También durante ese camino sufrió una mordedura o picadura que le provocó una cojera de la que nunca se curó, pero él siguió caminando durante treinta y cinco años con su lema:
"Siempre adelante, nunca hacia atrás."

Primero estuvo ocho años en Sierra Gorda, en la Nueva España (actual Méjico).
Después, cuando Carlos III expulsó a los jesuitas, las misiones que estos regentaban fueron confiadas a diversas órdenes religiosas, tocándoles a los franciscanos, las de una parte de la Baja California, y hacia allí fue destinado San Junípero.

Más adelante avanzaron hasta la Alta California, un territorio al que no había llegado la Palabra de Dios.

Allí los indios vivían en un estado de salvajismo, y ni sabían cultivar la tierra. San Junípero les introdujo en la agricultura, les enseñó a vestir con decencia, y lo más importante de todo, les predicó la fe que salva.

Los indios que libremente quisieron, fueron a vivir a las misiones españolas, donde progresaban notablemente en su bienestar material, y se sentían seguros frente a contiendas con otras tribus indígenas, ya que los soldados españoles les defendían (no olvidemos que la América precolombina fue de una crueldad tremenda, y gracias a la conquista española, aquellos indios descubrieron la fe verdadera y se civilizaron).

Algunos indígenas se mostraron hostiles, y quemaron misiones que San Junípero había levantado, y hasta asesinaron a Fray Luís Jaume, uno de sus compañeros, ante lo cual San Junípero dio gracias a Dios porque se había regado aquella tierra con sangre martirial.
Al mismo San Junípero intentaron también asesinarlo poniendo veneno en el vino que debía utilizar para la misa, pero salió indemne.

San Junípero fundó las misiones de San Diego, San Carlos Borromeo, San Antonio de Padua, San Gabriel Arcángel (en la actual ciudad de Los Ángeles), y San Luís. Y participó y colaboró en las fundaciones de San Juan Capistrano, San Buenaventura, Sta. Clara y San Francisco.
Las misiones que él fundó, con el tiempo se convirtieron en populosas ciudades.

San Junípero fundó y cooperó en misiones  que con el tiempo se han convertido en populosas ciudades, como San Francisco, San Diego, Los Ángeles, etc.
Junto a sus compañeros, convirtió a más de siete mil indígenas a los que bautizaron.

Su vida de santidad es evidente. No constan errores ni pecados notorios en su vida, y sin embargo, era tal su humildad, que al firmar añadía "Indignísimo sacerdote."
El P. Francisco Palou en su "Relación Histórica", señala que se superó el número de 7.000 bautizos realizados por San Junípero y otros compañeros en California.
El santo falleció el 28 de agosto de 1784 a sus setenta años, en la misión por él fundada de San Carlos Borromeo, en la que se conservan sus reliquias.

Su figura está en la galería de la fama del Capitolio de Washington, en EEUU, y está considerado uno de los padres de la patria, como fundador y civilizador de California.

Semblanza:

La vida de San Junípero Serra se distingue por sus valientes hazañas en la fundación de misiones en medio de los áridos y desafiantes desiertos. Su legado está marcado por la creación de refugios y centros de aprendizaje en lugares aparentemente inhóspitos. Estos enclaves se convirtieron en oasis de conocimiento y espiritualidad en medio de la vasta extensión desértica.


Uno de los aspectos más destacados de la labor de San Junípero Serra fue su extraordinaria acogida tanto a los indígenas nativos como a aquellos que huían de las dificultades del norte de América. Su enfoque compasivo y comprensivo hacia los más necesitados lo llevó a establecer comunidades agrícolas que promovían el entendimiento intercultural con la oración y la misa, lo que ayudaba a la coexistencia pacífica. Estos lugares de encuentro se convirtieron en símbolos de esperanza y reconciliación en una época marcada por la turbulencia.


La contribución más significativa de San Junípero Serra radica en las innumerables conversiones y bautizos que llevó a cabo. Su dedicación incansable a difundir la fe cristiana y compartir su profundo compromiso espiritual resultó en la transformación de muchas vidas. A través de su ejemplo de amor y servicio, logró tocar los corazones de aquellos que buscaban un propósito más elevado, guiándolos hacia un camino de redención y renovación espiritual.


La vida de San Junípero Serra es un testimonio vivo de la fuerza del sacrificio personal y la determinación en la búsqueda de la justicia y la unión entre diversas comunidades. Su legado perdura a través de las misiones que fundó, que se han convertido en símbolos duraderos de su arduo trabajo y su visión de un mundo más compasivo y unido. Su historia nos inspira a seguir su ejemplo al construir puentes entre culturas, brindar apoyo a los más necesitados y difundir los valores de amor y comprensión en todos los rincones de la tierra.

Didac Polo 

 

viernes, 25 de agosto de 2023

SANTA PATRICIA DE NÁPOLES: Renunció a los lujos de la nobleza para servir a los pobres.

     26 de agosto. Santa Patricia de Nápoles fue una peregrina y ermitaña de origen regio del siglo VII. 

 
La vida de Santa Patricia de Nápoles, una figura cuya existencia está registrada en fuentes históricas tardías y transmitida a través de la tradición oral de su comunidad religiosa, está marcada por una profunda renuncia a los bienes materiales y una dedicación ferviente a la asistencia espiritual y moral a los pobres. A pesar de la limitada información disponible, su historia es un testimonio inspirador de devoción y humildad.

Se cree que Patricia nació alrededor del año 664 en Constantinopla, en una familia rica y noble. A pesar de su linaje como descendiente del emperador Constantino I, optó por una vida de humildad y simplicidad. Desde una edad temprana, hizo votos de virginidad y se refugió en Roma junto a su nodriza Aglaia y otras compañeras para recibir la consagración virginal por el Papa Liberio. Esta elección marcó el comienzo de su compromiso espiritual y la separación de las comodidades y lujos de su familia.

Tras la muerte de su padre, Patricia regresó a su tierra natal y tomó una decisión extraordinaria: renunciar a todas las pretensiones dinásticas y distribuir su herencia entre los necesitados. Abrazó un estilo de vida sobrio y austero, marcado por la generosidad y el servicio a los menos afortunados. Durante un viaje de peregrinación a Tierra Santa, sufrió un naufragio en el islote de Megaride, en Nápoles. En este lugar, estableció su primera pequeña comunidad de oración, donde brindaba asistencia espiritual y apoyo moral a los pobres.

A pesar de su vida dedicada a los demás, Santa Patricia fue afectada por una enfermedad que la llevó a la muerte poco después de su llegada a Nápoles. Sin embargo, su legado perduró gracias a una revelación celestial a Aglaia, que condujo a unos funerales solemnes en los que participaron destacados miembros de la comunidad, incluyendo el obispo y el duque de la ciudad. El lugar donde fue enterrada fue profetizado por Patricia mucho tiempo atrás y se convirtió en un centro de devoción conocido como Patriziane o Suore di Santa Patrizia.

A lo largo de los años, el monasterio que ella había inspirado pasó por diversas transformaciones, hasta que los restos de Santa Patricia fueron trasladados al monasterio de la Iglesia de San Gregorio de Armenia en 1864. Allí, se preservan en una urna de oro y plata decorada con gemas, un testimonio tangible de la veneración que sigue inspirando.

La influencia de Santa Patricia se manifiesta en los milagros que se le atribuyen, como la licuefacción de su sangre y el derrame de maná que provienen de su sepulcro. Estos eventos han asombrado a la población a lo largo de los siglos, y su figura se ha mantenido como uno de los 51 copatronos de Nápoles desde 1625. Su fiesta se celebra el 25 de agosto, y su devoción sigue siendo evidente en el martes, día de la semana relacionado con ella. La historia de Santa Patricia de Nápoles nos inspira a seguir un camino de renuncia y servicio hacia los demás, incluso en medio de las dificultades y desafíos.

 

SAN LUIS DE FRANCIA (1214-1270) conocido como el rey Ludovico

     25 de agosto, San Luís, Rey de Francia.

Ludovico nono nació el 25 de abril de 1214, hijo de Luís de la dinastía de los Capeto (el que sería más tarde Luís VIII de Francia)  y de Doña Blanca de Castilla, y primo hermano de otro rey que ha llegado a los altares, San Fernando III, Rey de Castilla.

Tras la muerte de su padre, a sus doce años, heredó el trono, siendo regente su madre.
Contrajo matrimonio con Margarita de Provenza, bisnieta de Alfonso II de Aragón, con quien tuvo once hijos.

San Luís fue un dechado de virtudes, de una piedad admirable, rezaba el oficio divino, vivía en una austeridad ejemplarísima, hacía ayunos, se flagelaba los viernes, y mostraba una gran caridad con los débiles y pobres a los que hasta recibía en su mesa.

Entró en la Orden franciscana seglar y fue terciario en la Orden Trinitaria.

Hizo grandes mejoras en la administración de la justicia  y reinó como un magnífico estadista, lo que le ha dado un merecido prestigio, siendo uno de los monarcas más memorables de la Edad Media.


Erigió monasterios, y en siete años (1241-1248) construyó la esbelta Santa Capilla de París, para albergar la corona de espinas, un fragmento de la cruz, un hierro de la lanza y otras reliquias de Nuestro Señor.
Asistió al Concilio de Lyón I (1245) en el que se depuso y excomulgó al emperador Federico II.

Defendió la cristiandad cuando el Papa Inocencio IV le encargó la Séptima Cruzada (1248-1254) para liberar los territorios invadidos por los musulmanes, lo que hizo con notable esfuerzo y logró diversas conquistas en tierras egipcias (como la ciudad de Damieta y otras poblaciones), pero fue hecho cautivo por el enemigo. Una vez liberado a cambio de un rescate, San Luís llegó a Acre, capital del Reino de Jerusalén (en 1250), y pudo liberar gran parte de esos territorios. En 1254 regresó a Francia.

San Luis Caballero de la Virgen

Tras nuevas invasiones musulmanas, San Luís organizó la Octava Cruzada, que se dirigió a Túnez, y que no alcanzó sus objetivos, y en la que el Rey halló la muerte el 25 de agosto de 1270 a sus 56 años.

Dejó un testamento espiritual a su hijo y sucesor Felipe III en el que, entre otras cosas le decía:
-"Lo primero que quiero enseñarte es que ames al Señor tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas. Sin ello no hay salvación posible.
-Debes guardarte de todo aquello que sabes que desagrada a Dios, esto es, de todo pecado mortal, de tal manera que has de estar dispuesto a sufrir toda clase de martirio antes que cometer un pecado mortal.
-Además, si el Señor permite que sufras alguna tribulación, debes soportarla generosamente y con acción de gracias, pensando que es para tu bien...
-Esfuérzate en alejar de tu territorio toda clase de pecado, especialmente la blasfemia y la herejía ."

 

SAN JOSÉ DE CALASANZ: Sacerdote creador de la educación pública

    Cada 25 de agosto, la Iglesia Católica conmemora la figura de San José de Calasanz, un destacado sacerdote y educador español cuya influencia perdura hasta nuestros días. Conocido como Calasanctius, su legado reside en su incansable compromiso con la educación en una época en que el acceso al conocimiento era un privilegio reservado a pocos.


Nacido el 11 de septiembre de 1557 en Peralta de la Sal, Aragón, José fue hijo de don Pedro de Calasanz, quien llegó a ser alcalde del lugar, y doña María Gastón. Desde temprana edad, sus padres le brindaron una educación esmerada, cultivando en él una sólida formación cristiana y una amplia cultura. Su deseo de convertirse en sacerdote emergió a los dieciséis años, aunque inicialmente su padre tuvo reticencias debido a las responsabilidades familiares. Sin embargo, con el tiempo, don Pedro cambió de opinión y permitió que José siguiera su vocación.

José recibió una educación formal en la Universidad de Lérida, donde estudió filosofía y derecho canónico, y luego prosiguió con estudios de teología en las universidades de Valencia y Alcalá de Henares. En 1583, a los 25 años, fue ordenado sacerdote y destinado a la región de Seu d'Urgell, en la provincia de Lérida, enfrentando desafíos en una zona afectada por el bandolerismo y la ausencia de un obispo.

Su determinación lo llevó a trasladarse a Roma en 1591 en busca de nuevos horizontes pastorales. Aunque no encontró lo que esperaba, su profundo compromiso con la fe y la Virgen María lo impulsó a recorrer las calles de la Ciudad Eterna. Durante sus peregrinaciones, presenció la difícil situación de muchos niños abandonados y desfavorecidos, lo que lo inspiró a fundar las "Escuelas Pías".

Las Escuelas Pías representaron una revolucionaria propuesta educativa. Concebidas a la luz del Evangelio y abiertas a todos, se convirtieron en las primeras escuelas públicas de matriz cristiana en Europa. A pesar de la falta de apoyo financiero inicial, José perseveró y comenzó a impartir clases personalmente en la sacristía de la parroquia de Santa Dorotea en Roma, en un área empobrecida de la ciudad.

El impacto de las Escuelas Pías se multiplicó con el tiempo, atrayendo estudiantes y colaboradores, conocidos como "escolapios". Con este grupo, José fundó la Orden de los Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, dedicada exclusivamente a la educación. El éxito de esta iniciativa captó la atención de la Santa Sede y de familias acomodadas que deseaban participar.

José de Calasanz consideraba central el respeto a la personalidad de cada niño y defendía su derecho a la instrucción y educación. Su visión se materializó en su frase "Pues si desde la infancia el niño es imbuido diligentemente en la piedad y en las letras, ha de preverse, con fundamento, un feliz transcurso de su vida entera".

El legado de Calasanz trasciende los siglos. Falleció el 25 de agosto de 1648 en Roma a los 90 años. Canonizado en 1767 por el Papa Clemente XIII, fue declarado "Patrono ante Dios de todas las escuelas populares cristianas del mundo" por Pío XII en 1948. Las Escuelas Pías, su magna obra, se expanden hoy por los cinco continentes, honrando su visión de educación accesible y respetuosa hacia todos los niños.

 

 

miércoles, 23 de agosto de 2023

SAN BARTOLOMÉ: Su vida se caracterizó por la caridad constante hacia los demás y el deseo de hacer el bien.

 24 de Agosto. San Bartolomé (también conocido como Natanael): El Discípulo Sincero y Apóstol Valiente

Jesús, en su discernimiento profundo, afirmó con admiración: "Mira, un verdadero israelita en quien no hay engaño". Sin embargo, Natanael, quien posteriormente se conoció como Bartolomé, no se dejó llevar por simples palabras y cuestionó: "¿De dónde me conoces?". Entonces, con una confianza asombrosa, Jesús reveló: "Antes de que Felipe te llamara, te vi mientras estabas debajo de la higuera".

La pintura de José de Ribera ilustra un argumento de martirio y tormento físico. El apóstol Bartolomé, casi desnudo, mira indefenso hacia nosotros, mientras un verdugo embriagado lo desuella con entusiasmo sádico.

Bartolomé, cuyo nombre Natanael significa "regalo de Dios", podría haber sido un tanto escéptico, pero su encuentro con Jesús transformó su escepticismo en asombro. Al principio, era conocido como Natanael, pero muchos eruditos creen que este mismo discípulo es el Bartolomé mencionado en otros evangelios. San Mateo, San Lucas y San Marcos, cuando mencionan al apóstol Felipe, lo vinculan con Natanael.

El momento más significativo de su vida ocurrió cuando Felipe compartió la noticia del Mesías con él: "Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas: Jesús de Nazaret, el hijo de José". Al oír que el Mesías provenía de Nazaret, un lugar poco destacado, Natanael dudó, pero Felipe lo invitó a ver por sí mismo.

Cuando Bartolomé se acercó, Jesús proclamó: "Aquí tienes a un auténtico israelita en quien no hay engaño". Sorprendido por esta declaración, Bartolomé preguntó cómo lo conocía. Entonces, Jesús reveló su omnisciencia, mencionando el momento bajo la higuera. Esta revelación lo conmovió profundamente y reconoció a Jesús como el Hijo de Dios y el Rey de Israel.

Bartolomé se convirtió en un seguidor inquebrantable de Jesús. Presenció milagros asombrosos, escuchó enseñanzas sublimes y recibió el Espíritu Santo. Su devoción lo llevó a llevar el mensaje de Cristo a lugares lejanos. Predicó el evangelio en la India y luego se trasladó a Armenia, donde convirtió a muchas personas. Sin embargo, su firmeza en la fe provocó la ira de los enemigos de la religión, quienes lo martirizaron, quitándole la piel y decapitándolo.

San Bartolomé no buscaba destacar con milagros espectaculares. Su santidad se manifestaba en su amor a Dios y su dedicación a difundir la palabra de Jesucristo. Su vida se caracterizó por la caridad constante hacia los demás y el deseo de hacer el bien. Su historia nos recuerda que la auténtica santidad reside en vivir una vida de amor, servicio y fidelidad a los principios divinos.

Didac Polo

 

lunes, 21 de agosto de 2023

SAN PIO X: El Papa de la Eucaristía y defensor de la Fe

 

    San Pío X

Cada 21 de agosto, la Iglesia conmemora la figura de San Pío X, un Papa cuya vida se distinguió por su humildad, caridad y dedicación a preservar la integridad doctrinal de la Iglesia ante los desafíos del modernismo. Su legado incluye la implementación de reformas significativas y un profundo amor por la Eucaristía, que lo llevó a ser conocido como el "Papa de la Eucaristía".

  1. Firmeza frente al Modernismo San Pío X emergió como un líder decidido en un momento en que tendencias teológicas cuestionaban la enseñanza tradicional. El modernismo, una síntesis de herejías, fue enfrentado con firmeza por el Papa, quien reconoció la importancia de proteger a los fieles de interpretaciones erróneas. Mediante la encíclica "Pascendi Dominici Gregis" y el decreto "Lamentabili Sane Exitu", condenó 65 proposiciones que minaban los dogmas cristianos. El modernismo buscaba adaptar la fe a las teorías científicas modernas, pero San Pío X defendió la fe católica.

  2. Milagros y Carismas El Papa Pío X fue asociado con numerosos milagros en vida. Se le atribuye la curación de un joven paralizado, quien recobró la movilidad después de ser sostenido por el Papa. Además, su intercesión fue buscada por una pareja cuyo hijo padecía meningitis, y el niño sanó tras la respuesta del Papa. Incluso ante casos desafiantes, como una monja con tuberculosis avanzada, su simple afirmación trajo la sanación. Estos episodios ejemplifican su conexión con lo divino.

  3. Devoción a la Eucaristía San Pío X fomentó la participación activa en los misterios sagrados y en la oración comunitaria como base del espíritu cristiano. Abogó por la recepción frecuente de la Comunión, incluso recomendando la Primera Comunión temprana para niños en edad de razón. En una época en la que la Comunión diaria era rara, él promovió un acercamiento más profundo a la Eucaristía.

  4. Rompiendo Barreras en el Vaticano En una muestra de humildad y apertura, San Pío X dejó atrás la tradición de los Papas cenando solos. Invitó a amigos y conocidos a compartir su mesa, creando un ambiente más inclusivo y acogedor. Este gesto pionero allanó el camino para actitudes similares en Papas posteriores, como el Papa Francisco.

  5. Líder en la Formación Doctrinal San Pío X reconoció la necesidad de un catecismo accesible para todos, especialmente en una época de cambios y emigración. Desde su papel de párroco hasta su pontificado, promovió la formación doctrinal sólida. Redactó un catecismo y propulsó la creación de uno unificado para Italia, conocido como el "Catecismo de Pío X", que instruyó a generaciones en la fe con su lenguaje claro y efectivo.

  6. Código de Derecho Canónico Pío X sentó las bases para una reorganización jurídica en la Iglesia, que culminó en el Código de Derecho Canónico de 1917 bajo su sucesor Benedicto XV. Su dedicación a esta tarea marcó un hito en la estructura legal de la Iglesia, estableciendo normas unificadas y coherentes.

  7. Unión de Orígenes Aunque nació en Roma, San Pío X tenía raíces polacas, ya que sus padres emigraron a Italia en busca de asilo político. La fusión de sus orígenes italianos y polacos enriqueció su perspectiva y amplió su comprensión de las necesidades de diferentes comunidades.

  8. Hospitalidad a los Vulnerables Al igual que el Papa Francisco en tiempos modernos, San Pío X demostró compasión abriendo el hospicio de Santa Marta a refugiados y personas sin hogar. Su preocupación por los necesitados reflejó su auténtico compromiso con la caridad y la solidaridad.

San Pío X, un verdadero pastor y defensor de la fe, dejó una huella duradera en la historia de la Iglesia al enfrentar los desafíos de su época con humildad, valentía y un profundo amor por la verdad y la Eucaristía. Su legado sigue inspirando a creyentes de todas partes a vivir con devoción y compasión.

 

domingo, 20 de agosto de 2023

SAN BERNARDO: "El oráculo de la cristiandad".

   20 de Agosto


-Bernardo de Fontaine -por su nombre de pila- nació en 1090 en el castillo de Fontaine-les-Dijon, ubicado en la región de Borgoña (Francia). Su familia pertenecía a la nobleza francesa. Su padre, Tescelino, fue uno de los caballeros del duque de Borgoña; y su madre, Alice, era hija de un poderoso señor feudal llamado Bernardo de Montbard. Bernardo fue el tercero de siete hermanos.

Desde niño tuvo una relación muy estrecha con su madre. Ella decía que, estando embarazada, había tenido una visión sobre la vida de su hijo como un santo. Bernardo era un niño sensible y habitualmente reservado. Recibió una esmerada educación, al igual que sus hermanos.

Cuando murió su madre, el pequeño Bernardo volvió los ojos hacia la Virgen María, fuente de sus consuelos y por quien profesó una fuerte devoción toda su vida. Bernardo fue autor del “Acordaos”, una de sus oraciones marianas más hermosas.

La “huída” del mundo

Durante su juventud forjó un temperamento vigoroso, pero también se dejó ganar por las cosas del mundo, entre amistades vacías y la vanagloria. En el fondo, Bernardo se sentía vacío y hastiado.

La noche de Navidad del año 1111, Bernardo se quedó dormido. En su sueño apareció la Virgen llevando al Niño Jesús en brazos y se lo ofreció para que lo amara e hiciera que otros lo amen también. Desde aquella noche decidió consagrarse a Dios y alcanzar la santidad.

“Cazador de vocaciones”

En 1112 ingresó al monasterio cisterciense de Citeaux, fundado por tres grandes santos: San Roberto, San Alberico y San Esteban Harding. En aquel momento, el monasterio se había convertido en centro de un movimiento de renovación a través de una vuelta a los orígenes: allí se practicaba con rigor la regla de San Benito. San Esteban Harding, que era el prior, aceptó a Bernardo y a todos quienes lo acompañaron con inusitada alegría: no habían recibido vocaciones por 15 años.

El empeño que puso Bernardo en alcanzar la santidad a través del espíritu originario de la vida monacal hizo que sus superiores confiaran en él para liderar un proyecto ambicioso. Con solo 25 años fue enviado como abad a fundar, con otros doce monjes, un nuevo monasterio en Champagne, al que llamó “Clairvaux” -es decir, Claraval, que en francés significa “valle claro”-.

Bernardo llevaba una vida rigurosa y exigente. Su oración constante y su preocupación por ser fiel a Cristo en todo atrajo a muchos a la vida monástica. Se ganó el apelativo de “el cazador de almas y vocaciones”. Se dice que las jovencitas temían que hable con sus novios porque terminaban pidiendo ser admitidos en la abadía.

Bernardo visitó y predicó en escuelas, universidades, pueblos y campos para hablar sobre las bondades de la vida religiosa.

Fundó cerca de 300 monasterios y consiguió que 900 hombres profesaran sus votos. Uno de sus discípulos, Bernardo de Pisa, llegó a ser Papa, con el nombre de Eugenio III.



La familia que alcanzó a Cristo

Bernardo no solo fue parte de una familia noble. Bernardo perteneció a una familia santa.

Su madre, la beata Alice de Montbard, fue una mujer caritativa y entregada a la voluntad de Dios. Formó en la fe cristiana a sus siete hijos y murió rezando el rosario. Su padre, el venerable Tescelino, le perdonó la vida a un caballero que lo retó a duelo. El buen hombre quiso así inculcar a sus dos hijos mayores -el beato Gerardo y el beato Guy- la importancia de la misericordia.

Sin embargo, todo proceso camino a la santidad tiene costos: cuando San Bernardo manifestó a su familia el deseo de hacerse monje, encontró una fuerte oposición. A pesar de esto, el santo consiguió que las cosas cambiaran. No solo venció la oposición inicial, sino que terminó llevando consigo a sus cuatro hermanos mayores: Gerardo, Guy, Andrés y Bartolomé -todos ellos futuros beatos-, a uno de sus tíos y a 31 compañeros.

Cuando Bernardo y sus hermanos dejaron la casa familiar, Nivardo, el hermano menor -otro que sería beatificado-, les dijo: “¡Ajá! ¿Conque ustedes se van a ganarse el cielo y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo puedo aceptar”. Años más tarde, Nivardo seguiría los pasos de sus hermanos mayores.

Ahí no terminaría la historia: el padre de Bernardo, Tescelino, ingresaría también, tiempo después, al monasterio de Citeaux.

El bien es difusivo

La esposa del beato Guy, Isabel, también se hizo monja junto con sus dos hijas. La hermana del Santo, la beata Humbelina, llegó a un mutuo acuerdo con su esposo, Guy de Marcy, de que ambos se consagrarían a Dios. Humbelina fue fundadora de varios conventos. Su lema fue “amar es servir”.

Bernardo había sido quien desató el amor por Cristo en la familia, y la familia respondió con creces al llamado de Dios.

Siempre abad, siempre padre

San Bernardo se hizo consejero de príncipes y obispos, quienes le pedían luces sobre los asuntos más importantes gracias a su rectitud de pensamiento y sabiduría. Por eso, lo terminaron llamando "el oráculo de la cristiandad".

Bernardo murió el 21 de agosto de 1153, a los 73 años, tras haber sido abad durante casi cuatro décadas. Fue canonizado en 1174 y proclamado Doctor de la Iglesia en 1830.

Entre las reflexiones sobre los Doctores de la Iglesia que realizó el Papa Emérito Benedicto XVI durante su pontificado destaca la dedicada a San Bernardo. En esta, el Papa resaltaba hermosamente el papel de la Virgen María en la obra de la salvación:

-Quiero concluir estas reflexiones sobre san Bernardo con las invocaciones a María que leemos en una bella homilía suya:
"En los peligros, en las angustias, en las incertidumbres -dice- piensa en María, invoca a María. Que Ella no se aparte nunca de tus labios, que no se aparte nunca de tu corazón; y para que obtengas la ayuda de su oración, no olvides nunca el ejemplo de su vida. Si la sigues, no puedes desviarte; si la invocas, no puedes desesperar; si piensas en ella, no puedes equivocarte. Si ella te sostiene, no caes; si ella te protege, no tienes que temer; si ella te guía, no te cansas; si ella te es propicia, llegarás a la meta..."
(Hom. ii super "Missus est", 17: PL 183, 70-71).

Glosa a San Bernardo:

Ahir va ser Sant Bernat,
però la calor no afluixa;
pareix que agafa més gruixa
i el sol va accelerat;
el mercuri ha pujat
en lloc d'un poc mancabar.
Jo no sé què passarà,
però és ben simptomàtic
que hi ha un gran canvi climàtic
que en orris a tots durà.

Miquel Campaner


lunes, 14 de agosto de 2023

San Maximiliano Kolbe: Mártir del Amor y la Esperanza en Auschwitz

    14 de agosto hoy celebramos la memoria de:
San Maximiliano Kolbe como un testimonio inspirador de sacrificio, compasión y devoción. Este misionero franciscano polaco dejó una huella imborrable al ofrecer su vida por otro prisionero en el infame campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Su ejemplo de amor incondicional y servicio a los demás continúa iluminando los corazones de las personas en todo el mundo.

Los Primeros Años y la Llamada de Dios
Maximiliano Kolbe nació el 8 de enero de 1894 en Zduńska Wola, Polonia. Desde joven, demostró una profunda espiritualidad y un amor por la Virgen María. A los 13 años, tuvo una experiencia que marcaría su vida: la Virgen María se le apareció ofreciéndole dos coronas, una blanca (pureza) y una roja (martirio). Maximiliano aceptó ambas coronas, anticipando su futuro camino.

La Fundación de la Militia Immaculatae y el Apostolado Mediático
Después de ingresar a la Orden Franciscana, Maximiliano fundó la "Militia Immaculatae" (Milicia de la Inmaculada), con el objetivo de difundir el mensaje del Evangelio y la devoción a la Virgen María. A través de publicaciones y medios de comunicación, compartió la fe católica y luchó contra la propagación de la inmoralidad en la sociedad.

La Prisión en Auschwitz y el Acto de Amor Heroico
En 1941, Maximiliano Kolbe fue arrestado por los nazis y llevado al campo de concentración de Auschwitz. A pesar de las terribles condiciones, no dejó que el sufrimiento apagara su fe y su amor por el prójimo. Un día, un prisionero, Franciszek Gajowniczek, fue condenado a muerte por intentar escapar. En un acto de amor heroico, Maximiliano se ofreció voluntariamente para tomar su lugar, argumentando que tenía una familia que dependía de él. Su solicitud fue aceptada, y fue con valentía al lugar de ejecución.

Luz en la Oscuridad
Dentro de Auschwitz, Maximiliano Kolbe siguió siendo un faro de esperanza. A pesar de la brutalidad que lo rodeaba, brindó consuelo espiritual a los prisioneros, los animó a mantener la fe y administró los sacramentos clandestinamente. Su presencia en medio de la oscuridad recordaba a todos la dignidad inherente de cada ser humano y la capacidad de elegir el amor incluso en las circunstancias más desesperadas.

Legado y Canonización
Maximiliano Kolbe sobrevivió durante semanas en la celda de hambre antes de ser ejecutado el 14 de agosto de 1941. Su sacrificio y su amor por los demás dejaron una marca indeleble en la historia. Fue canonizado como santo por el Papa Juan Pablo II en 1982. Hoy en día, san Maximiliano Kolbe es un modelo de caridad y compasión, especialmente para aquellos que enfrentan dificultades y persecuciones.

La Intercesión de San Maximiliano
La vida de san Maximiliano Kolbe continúa inspirando a millones de personas en todo el mundo. Su ejemplo de amor, sacrificio y servicio nos recuerda que, incluso en las circunstancias más adversas, podemos elegir el camino del amor y la esperanza. Se le considera un intercesor poderoso por la Iglesia y por aquellos que están en prisión, llevando consuelo y fortaleza a quienes enfrentan dificultades.

La historia de san Maximiliano Kolbe es una historia de valentía, compasión y fe inquebrantable. Su legado nos desafía a seguir su ejemplo al servicio de los demás y a abrazar la virtud del amor incluso en los momentos más oscuros. Su vida es un recordatorio de que cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia a través de nuestras acciones y elecciones.

 

 

viernes, 11 de agosto de 2023

SANTA CLARA DE ASÍS: Nos enseña que el sufrimiento ofrecido a Jesús es fuente de santidad.

    11de agosto Santa Clara de Asís
 
El día 11 de julio, Sta. Clara de Asís. Nació en Asís, el 16 de julio de 1194, hija de Favorino, Conde de Sasso Rosso,  y Ortolana, descendiente de la noble familia de los Fiumi, que  formaban parte de la más augusta aristocracia de Asís.


Clara, desde su temprana infancia, demostró una profunda conexión con su fe en Cristo y una clara renuncia a los bienes materiales del mundo. Aunque provenía de una familia noble y acomodada, su corazón estaba dirigido hacia una vida de devoción y servicio a Dios.

La influencia de su madre piadosa y las peregrinaciones que realizaba dejaron una marca indeleble en Clara. Su madre, Ortolana, había tenido una visión antes de que Clara naciera, en la que se le reveló que su hija sería una luz para el mundo. Este augurio divino se manifestó en el nombre que le dio, Clara, como un presagio de la luminosidad espiritual que habría de irradiar.

A lo largo de su vida, Clara dedicó largos momentos a la oración y la mortificación personal. Su decisión de rehuir el contacto social y apartarse de las comodidades mundanas demostraban su compromiso con una vida de humildad y espiritualidad. Fue precisamente al escuchar a San Francisco de Asís predicar en la iglesia de San Rufino que Clara sintió el llamado divino. San Francisco, que se convirtió en su guía espiritual, reconoció su profunda devoción y su anhelo de seguir los pasos de Cristo.

El punto culminante de la fe y renuncia de Clara tuvo lugar en la noche del domingo de Ramos de 1212. Ante el Cristo de San Damián, Clara renunció públicamente a las riquezas y vanidades del mundo. Vistiendo un simple sayal, tomó la decisión de unirse a la Orden de los Hermanos Menores, fundada por San Francisco. Esta elección no solo marcó su compromiso con la fe, sino también su rechazo a los placeres mundanos.


Clara no solo abrazó una vida de austeridad y pobreza, sino que también fundó la Orden de las Damas Pobres, una rama femenina de la Orden Franciscana. A través de su regla, reafirmó su dedicación a vivir de manera sencilla y centrada en Dios. Se autodenominó "humilde planta del bienaventurado padre Francisco", destacando su humildad y su deseo de seguir los ideales de San Francisco.

A lo largo de los años, Clara se mantuvo fiel a su compromiso de vida. Su devoción y amor por Cristo fueron el motor que la guió en cada paso de su camino. Su partida de este mundo en Asís, el 11 de agosto de 1253, marcó el final de una vida vivida en profunda comunión con Dios.

Dos años después de su fallecimiento, Clara fue canonizada, un reconocimiento de su santidad y del ejemplo que dejó como una luminaria espiritual para las generaciones futuras.

 

jueves, 10 de agosto de 2023

SAN LORENZO, Diácono y Mártir: Nos enseña que no debemos temer la opresión religiosa.

   San Lorenzo 10 de agosto, Presbítero y Mártir: "Coronado de Laurel"

San Lorenzo, cuyo nombre significa "coronado de laurel", es recordado como un diácono valiente y mártir del cristianismo primitivo. Su vida y sacrificio han sido transmitidos a través de los relatos de figuras como San Ambrosio, San Agustín y el poeta Prudencio.


Lorenzo ocupaba un lugar entre los siete diáconos de Roma, los hombres de confianza del Sumo Pontífice. Como diácono, su papel era de gran responsabilidad, ya que estaba a cargo de la distribución de ayuda a los necesitados.

En el año 257, el emperador Valeriano emitió un decreto de persecución que condenaba a muerte a todos aquellos que se declararan cristianos. El 6 de agosto, mientras el Papa San Sixto celebraba la Misa en un cementerio de Roma, fue asesinado junto con cuatro de sus diáconos por orden de las autoridades imperiales. Cuatro días después, el diácono San Lorenzo también sufrió el martirio.

Según la antigua tradición, cuando Lorenzo se dio cuenta de que el Sumo Pontífice estaba a punto de ser asesinado, le dijo: "Padre mío, ¿te vas sin llevarte a tu diácono?". San Sixto respondió: "Hijo mío, dentro de pocos días me seguirás". Esta perspectiva llena de esperanza alegró a Lorenzo, quien anticipaba reunirse pronto con Dios en la gloria eterna.

En vista del peligro inminente, Lorenzo tomó medidas audaces. Recolectó todos los bienes y recursos de la Iglesia en Roma y los distribuyó entre los pobres. Varios cálices de oro, copones y candelabros valiosos fueron vendidos, y el dinero obtenido se entregó a aquellos más necesitados.

El alcalde de Roma, un pagano con afán de lucro, ordenó a Lorenzo que reuniera los tesoros de la Iglesia para financiar una guerra imperial. Sin embargo, Lorenzo pidió tres días para cumplir con esta tarea. Durante ese tiempo, invitó a los desfavorecidos a quienes él solía ayudar: pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos. Al tercer día, reunió a esta asamblea y desafió al alcalde con los tesoros más preciados de la Iglesia: los rostros y las historias de aquellos a quienes la Iglesia servía.

Enfurecido por esta respuesta, el alcalde amenazó con torturar y martirizar a Lorenzo. El diácono fue sometido a la tortura de una parrilla de hierro ardiente. A pesar de los terribles dolores, Lorenzo mantuvo una actitud serena y trascendente, ya que su anhelo de unirse a Cristo superaba el sufrimiento físico.

Mientras ardía en la parrilla, los cristianos afirmaron haber visto el rostro de Lorenzo rodeado por una luz divina y experimentaron un aroma agradable, mientras que los paganos no notaron nada inusual.

En sus momentos finales, Lorenzo bromeó ante su verdugo: "Ya estoy asado por un lado. Ahora, voltéenme para quedar asado por completo". Finalmente, el mártir entregó su vida con una oración por la conversión de Roma y la difusión global de la fe cristiana. Era el 10 de agosto del año 258.

La valentía y firmeza de Lorenzo, tal como lo relata el poeta Prudencio, contribuyó significativamente a la conversión de Roma, marcando el inicio de la disminución de la idolatría en la ciudad, según San Agustín.

Los milagros atribuidos a Lorenzo reforzaron su legado. En su honor, se erigió la hermosa Basílica de San Lorenzo en Roma, la quinta en importancia en la Ciudad Eterna.

La festividad de San Lorenzo, celebrada el 10 de agosto, sigue recordándonos su heroísmo y fe inquebrantable, así como su inspirador compromiso con los más necesitados.